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viernes, 25 de diciembre de 2009
martes, 22 de diciembre de 2009
FELIZZZZ NAVIDADDDDD DE JS EN TI
ES NAVIDAD
Cuando abres tu corazón a Dios y a los hermanos,
entonces es Navidad.
Cuando eres capaz de perdonar de corazón,
entonces es Navidad
Cuando eres justo, honrado y auténtico en tus actos, a pesar de que no está de moda,
entonces es Navidad.
Cuando eres fiel a tu esposa buscando su felicidad y eres el papá que tus hijos merecen
entonces es Navidad
Cuando luchas, te entregas y haces felices a los demás
entonces es Navidad
cuando decides creer en Jesús como tu Señor y Salvador
entonces es Navidad
Cuando decides ser amor para todos los que te rodean
entonces es Navidad
Cuando haces que tus palabras iluminen como Jesús quiere hacerlo por medio de ti
entonces es Navidad
Cuando dominas al ego y todas sus tendencias para vivir como hijo de Dios
entonces es Navidad
Cuando te abres a los frutos del Espíritu Santo
para que prevalezca en tu vida su Amor, Alegría y Paz,
por encima de todo y pese a lo que sea
Cuando abres tu corazón a Dios y a los hermanos,
entonces es Navidad.
Cuando eres capaz de perdonar de corazón,
entonces es Navidad
Cuando eres justo, honrado y auténtico en tus actos, a pesar de que no está de moda,
entonces es Navidad.
Cuando eres fiel a tu esposa buscando su felicidad y eres el papá que tus hijos merecen
entonces es Navidad
Cuando luchas, te entregas y haces felices a los demás
entonces es Navidad
cuando decides creer en Jesús como tu Señor y Salvador
entonces es Navidad
Cuando decides ser amor para todos los que te rodean
entonces es Navidad
Cuando haces que tus palabras iluminen como Jesús quiere hacerlo por medio de ti
entonces es Navidad
Cuando dominas al ego y todas sus tendencias para vivir como hijo de Dios
entonces es Navidad
Cuando te abres a los frutos del Espíritu Santo
para que prevalezca en tu vida su Amor, Alegría y Paz,
por encima de todo y pese a lo que sea
Entonces, sólo entonces es Navidad
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Diez definiciones breves de la palabra de Dios
1.- “La Biblia es el libro de un pueblo y para un pueblo”.
2.- “La plenitud de las Escrituras es el amor”.
3.- “La Palabra de Dios es una brújula que indica el camino a seguir”
4.- “La escucha amorosa de la Palabra de Dios lleva al servicio desinteresado hacia los demás”.
5.- “La escucha auténtica de la Palabra de Dios es obedecer y actuar, es hacer florecer en la vida la justicia y el amor”.
6.- “La Biblia nos presenta el soplo del dolor, sale al encuentro del grito de los oprimidos y del lamento de los infelices”.
7.- “Mediante el amor y la veneración a la Palabra de Dios, las Iglesias y comunidades cristianas viven una unidad real, aunque imperfecta”.
8.- “La Sagrada Escritura se ha convertido en una especia de inmenso vocabulario… Es el atlas iconográfico… El Evangelio fue la lengua materna de Europa…La Biblia es el gran código de la cultura universal”.
9.- “La Sagrada Escritura tiene pasajes adecuados para consolar todas las condiciones humanas”.
10.- “Es necesario traducir a gestos de amor la Palabra de Dios escuchada y orada, porque solo así se convierte en creíble el anuncio del Evangelio” [Tomado de Ecclesia Digital]
2.- “La plenitud de las Escrituras es el amor”.
3.- “La Palabra de Dios es una brújula que indica el camino a seguir”
4.- “La escucha amorosa de la Palabra de Dios lleva al servicio desinteresado hacia los demás”.
5.- “La escucha auténtica de la Palabra de Dios es obedecer y actuar, es hacer florecer en la vida la justicia y el amor”.
6.- “La Biblia nos presenta el soplo del dolor, sale al encuentro del grito de los oprimidos y del lamento de los infelices”.
7.- “Mediante el amor y la veneración a la Palabra de Dios, las Iglesias y comunidades cristianas viven una unidad real, aunque imperfecta”.
8.- “La Sagrada Escritura se ha convertido en una especia de inmenso vocabulario… Es el atlas iconográfico… El Evangelio fue la lengua materna de Europa…La Biblia es el gran código de la cultura universal”.
9.- “La Sagrada Escritura tiene pasajes adecuados para consolar todas las condiciones humanas”.
10.- “Es necesario traducir a gestos de amor la Palabra de Dios escuchada y orada, porque solo así se convierte en creíble el anuncio del Evangelio” [Tomado de Ecclesia Digital]
martes, 1 de diciembre de 2009
ABUSO DEL NOMBRE DE DIOS
USO DEL NOMBRE DE DIOS EN VANO
El segundo mandamiento del decálogo dice así: “No tomarás en falso el nombre de YHWH tu Dios…” (Ex 20,7). Lo aprendimos en la Iglesia como no tomar su nombre en vano. Podríamos encontrar muchos significados o modos de aplicar este mandamiento. Para ser más sintético plantearé los siguientes:
- Tradicionalmente se interpretó este mandamiento como no jurar por Dios en falso, lo que sería obviamente un modo de usar el nombre de Dios erróneamente para mentir. Incluso se recomendó no jurar por Dios nunca, pues podría romperse el juramento y se haría, de algún modo, quedar mal a Dios, por quien se prometió o se juró.
- Otro sentido que podría darse es el respeto debido al nombre de Dios, por el que los judíos no osan pronunciar este nombre, pues en realidad es impronunciable, ya que se trata de 4 consonantes que nadie sabría pronunciar YHWH (conocidas como tetragrama) por lo que los judíos en su lugar pronuncian ADONAI, que significa Señor. En el siglo IX se le colocaron los sonidos vocálicos de “adonai” y el resultado fue yehowah (Geova) y más recientemente se hizo de otro modo dando el resultado de Yahweh, que cada lengua trascribirá de un modo. Recientemente el Vaticano pide no usar este nombre en la liturgia, particularmente, en un esfuerzo por recuperar lo bíblico original, dado que cualquier modo de llamarlo es una invención nuestra, pues nadie sabe cómo se pronunciaría, por desconocer los sonidos vocálicos correspondientes. Tiene también el sentido de que siempre excederá nuestro humano conocimiento, no podemos encasillarlo o creer que lo abarcamos totalmente, siempre nos trascenderá. Por lo que se prefiere hacer como hicieron siempre los judíos y también la Iglesia en la liturgia, diciendo SEÑOR.
- Otro modo de aplicar este mandamiento sería no haciendo decir a Dios lo que no dice, no hablar falsamente de Dios, no atribuirle a Él lo que no hizo, no minusvalorarlo, no hablar mal de Él…; lo que se comete, posiblemente, con más frecuencia de lo que podemos suponer. Con mucha ligereza hablamos de Dios y lo metemos hasta en la sopa. Le hacemos decir lo que Él no dice, malinterpretando su Palabra y por tanto tergiversando su sentido. Cuando decimos: “Así lo quiso Dios” en ocasiones en que no podemos estar seguros de tal cosa. “Dios se acordó de él” o “Dios se lo llevó”, haciéndole culpable o causante de muertes que, quizás, ni Dios quería. También en dichos más bien supersticiosos como: “Casamiento y mortaja del cielo bajan”. Lamentablemente son muchas las interpretaciones erróneas que se hacen comúnmente de la Escritura.
- Todo esto, y tal vez otros usos de su nombre en vano, tiene muy graves consecuencias, pues llevan a muchos a perder la fe y a alejarse no de Dios, por causa de esa falsa presentación que hacemos de Él, hablando a la ligera o con demasiado atrevimiento, como si se tratara de algo totalmente conocido y dominado por nosotros. Presentamos así una caricatura de Dios, que lleva a muchos a alejarse de Él, pues hablando erróneamente de Él se generan expectativas falsas que se verán frustradas tarde o temprano. Como ya dijo el Concilio Vaticano II al tratar de las causas del ateísmo, entre otras por la mala presentación de Dios como por el mal ejemplo y vivencia del Evangelio que lleva a velar a Dios en vez de revelarlo como deberíamos.
- De los principales errores que se cometen al hablar de Dios y que pueden llevar a muchos a alejarse de Él es el pensar que no se mueve una hoja sin la voluntad de Dios, frase que se atribuye erróneamente a la Biblia, y que aunque estuviera en ella habría que saber interpretar a la luz del conjunto, y no tomarla literalmente. Se usan mucho expresiones como: “Si Dios quiere encontrará trabajo”, se puede trasmitir el mensaje erróneo de que si no lo encuentra es porque Dios no quiso. “Dios quiera que le vaya bien”, y si no le va bien ¿será que Dios no lo quiso? Así hay infinidad de expresiones y atribuciones a Dios que hacen pensar que Él causa todo lo que sucede, lo bueno y lo malo. “Ruégale a Dios por su salud que Él la sanará, sólo Él la puede salvar”, ¿y si muere? Así se han alejado muchos de Dios, porque se les quiso dar una noción errónea de Dios, como si fuera el genio de la lámpara que está para cumplir nuestros pedidos, o que es el que está por detrás de todo cuanto sucede, en especial de la muerte, cuando no siempre es así.
¿Has conocido a alguien que haya perdido la fe en Dios por causas como estas? ¿Crees que muchos se han alejado de la Iglesia por este tipo de concepciones que transmitimos los católicos?
¿Tus ideas de Dios están basadas en la Biblia, en lo que Él nos reveló? ¿Cómo lograr la correcta interpretación de los textos bíblicos?
miércoles, 4 de noviembre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
sábado, 26 de septiembre de 2009
¿QUÉ ES SER HIJO DE DIOS?
EL HIJO DE DIOS
El hijo de Dios sabe vivir en la pobreza y en la riqueza, rodeado de placeres o sin ninguno, pues no se apega a nada de esta tierra, vive peregrinando hacia Dios y tiene claros cuales son los valores verdaderos que no está dispuesto a perder por nada del mundo. Es decir, está apegado sólo a Dios.
Que caiga cualquier cosa menos la fe que me une a Dios, que pierda los ojos del cuerpo pero no los del espíritu que me permiten valorar lo eterno, el gran Tesoro del Reino de Dios (cf. Mt 13,44).
Dios no está en contra del placer ni del bienestar humano, como lo está contra la maldad y toda clase de atadura que esclaviza al hombre y que lo convierte en idólatra que no deja a Dios ser Dios, pues no le deja actuar en su vida, ya que se abre a otros ídolos de los que hace depender su felicidad, de los que espera más que de Él y a los que ama más que a Él. Dios quiere que participemos de su vida en abundancia y de su felicidad plena (cf. Jn 10,10; 15,12).
Solamente no quiere Dios lo que hace daño al hombre, pero no tiene inconveniente alguno con lo que le realiza y hace feliz, que es principalmente el Amor. Por ello quisiera Dios que amásemos siempre y a todos, incluso a nosotros mismos. Que cuidemos nuestra salud física, anímica y espiritual por amor a Él, a nosotros mismos y al prójimo.
Me alimento y cuido mi salud como una respuesta a la llamada de Dios, que quiere que me ame a mí mismo y que sea instrumento de su amor en el mundo; quiere servir y amar a sus hijos por medio de mí y de ti, quiere hacer el bien a muchos a través de nosotros, y nos ama tanto que quiere siempre nuestro bien, por lo que hemos de cuidarnos y ser responsables con nuestra vida, como buenos administradores de los dones y carismas que de Él recibimos para ponerlos al servicio de los demás.
Quiere Dios para nosotros un amor auténtico, el que busca el bien del amado, no el amor egocéntrico y ególatra que es opuesto al amor. Amar primero a Dios, reconociéndole y dándole su lugar; amar a los demás y a mí mismo será buscar el bien propio y ajeno; y el máximo bien de cualquier persona es abrirse por la fe al tesoro de Dios, a la comunión con Él; de ahí que el mayor amor que podemos demostrar es viviendo lo más grande que podemos vivir y ayudando a otros a vivirlo también: la comunión con Dios.
Sería absurdo que la creación y sus deleites, que Dios hizo para que me uniera más a Él y lo glorificara y agradeciera por todo, me llevaran a enemistarme y separarme de Él. Dios quiere valerse de lo creado para seducirnos y atraernos, para que le reconozcamos en sus obras, nos sepamos muy amados por Él y le sepamos amar, dándole siempre a Él el primer lugar y sin hacernos esclavos de creatura alguna.
Rm 1, 20: “Porque lo invisible de Dios (su poder eterno y su divinidad) desde la creación del mundo se deja ver a la inteligencia a través de sus obras, de forma que son inexcusables, porque habiendo conocido a Dios no lo glorificaron como Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció…”
¿Has sabido glorificar a Dios y agradecerle por tu salud, bienestar y todo lo que Dios te da en la creación? ¿Has sabido reconocer la mano amorosa de Dios en la naturaleza por Él creada y en la inteligencia humana que Él nos dio?
¿Has hecho mal uso de la salud y del cuerpo, de la inteligencia, carismas y talentos que Él te ha dado? ¿Puede usarse lo que Él nos dio para nuestro bien y mayor comunión con Él, para el propio perjuicio o de los demás? ¿Cómo?
El hijo de Dios sabe vivir en la pobreza y en la riqueza, rodeado de placeres o sin ninguno, pues no se apega a nada de esta tierra, vive peregrinando hacia Dios y tiene claros cuales son los valores verdaderos que no está dispuesto a perder por nada del mundo. Es decir, está apegado sólo a Dios.
Que caiga cualquier cosa menos la fe que me une a Dios, que pierda los ojos del cuerpo pero no los del espíritu que me permiten valorar lo eterno, el gran Tesoro del Reino de Dios (cf. Mt 13,44).
Dios no está en contra del placer ni del bienestar humano, como lo está contra la maldad y toda clase de atadura que esclaviza al hombre y que lo convierte en idólatra que no deja a Dios ser Dios, pues no le deja actuar en su vida, ya que se abre a otros ídolos de los que hace depender su felicidad, de los que espera más que de Él y a los que ama más que a Él. Dios quiere que participemos de su vida en abundancia y de su felicidad plena (cf. Jn 10,10; 15,12).
Solamente no quiere Dios lo que hace daño al hombre, pero no tiene inconveniente alguno con lo que le realiza y hace feliz, que es principalmente el Amor. Por ello quisiera Dios que amásemos siempre y a todos, incluso a nosotros mismos. Que cuidemos nuestra salud física, anímica y espiritual por amor a Él, a nosotros mismos y al prójimo.
Me alimento y cuido mi salud como una respuesta a la llamada de Dios, que quiere que me ame a mí mismo y que sea instrumento de su amor en el mundo; quiere servir y amar a sus hijos por medio de mí y de ti, quiere hacer el bien a muchos a través de nosotros, y nos ama tanto que quiere siempre nuestro bien, por lo que hemos de cuidarnos y ser responsables con nuestra vida, como buenos administradores de los dones y carismas que de Él recibimos para ponerlos al servicio de los demás.
Quiere Dios para nosotros un amor auténtico, el que busca el bien del amado, no el amor egocéntrico y ególatra que es opuesto al amor. Amar primero a Dios, reconociéndole y dándole su lugar; amar a los demás y a mí mismo será buscar el bien propio y ajeno; y el máximo bien de cualquier persona es abrirse por la fe al tesoro de Dios, a la comunión con Él; de ahí que el mayor amor que podemos demostrar es viviendo lo más grande que podemos vivir y ayudando a otros a vivirlo también: la comunión con Dios.
Sería absurdo que la creación y sus deleites, que Dios hizo para que me uniera más a Él y lo glorificara y agradeciera por todo, me llevaran a enemistarme y separarme de Él. Dios quiere valerse de lo creado para seducirnos y atraernos, para que le reconozcamos en sus obras, nos sepamos muy amados por Él y le sepamos amar, dándole siempre a Él el primer lugar y sin hacernos esclavos de creatura alguna.
Rm 1, 20: “Porque lo invisible de Dios (su poder eterno y su divinidad) desde la creación del mundo se deja ver a la inteligencia a través de sus obras, de forma que son inexcusables, porque habiendo conocido a Dios no lo glorificaron como Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció…”
¿Has sabido glorificar a Dios y agradecerle por tu salud, bienestar y todo lo que Dios te da en la creación? ¿Has sabido reconocer la mano amorosa de Dios en la naturaleza por Él creada y en la inteligencia humana que Él nos dio?
¿Has hecho mal uso de la salud y del cuerpo, de la inteligencia, carismas y talentos que Él te ha dado? ¿Puede usarse lo que Él nos dio para nuestro bien y mayor comunión con Él, para el propio perjuicio o de los demás? ¿Cómo?
domingo, 20 de septiembre de 2009
sábado, 19 de septiembre de 2009
miércoles, 19 de agosto de 2009
miércoles, 12 de agosto de 2009
lunes, 10 de agosto de 2009
RESPUESTAS A PROTES-5
TOMA EN CUENTA PARA NO MALINTERPRETAR LA BIBLIA
Para la correcta interpretación hay que tomar en cuenta aspectos fundamentales como el momento en el que surge el texto, intención del autor para saber qué quiso decir, distinguir lo que es del judaísmo de lo que es cristianismo, renovado y llevado a plenitud por Cristo. Hay cantidad de prácticas que pidió Dios a los judíos en cada época que ya no nos pide ni practicamos hoy, la circuncisión o el descanso sabático, son sólo unos ejemplos entre muchas otras.
Se requiere distinguir géneros literarios, para distinguir si es historia o composición literaria, tipo parábola o metáfora, con qué intención y mensaje, etc. para no malinterpretar. El relato de la creación, por ejemplo, nunca debió ser visto literalmente (pues nadie sabe cómo se dio, pero no pretende contradecir ninguna teoría creacionista, ya que están en planos muy distintos: ni estas teorías pueden excluir la mano de Dios en todo, pues la necesitan; ni la biblia hace ciencia ni historia, sino teología y fe) pues no pretenden decirnos como fue literalmente la creación, sino transmitir otros mensajes al modo en que solían hacerlo, siempre con metáforas o composiciones gráficas de ese tipo: trasmite ahí por ejemplo que el mal no viene de Dios sino del diablo y del pecado que libre y erróneamente comete el hombre desobedeciendo a Dios, la importancia del descanso sabático, como dios descansó el séptimo día, etc.
Esto, entre muchos otros aspectos que podemos leer en diversos libros sobre la interpretación bíblica para evitar las comunes malas y erróneas interpretaciones de las diversas sectas.
LAS IGLESIAS SEPARADAS
Jesucristo funda su Iglesia sobre Pedro y le da el poder de atar y desatar. Este poder es la Gracia. La Iglesia es depositaria de la gracia. Con la Gracia es mucho más sencillo el camino al Cielo, porque contamos con la ayuda y la presencia de Dios. Cristo rogó al Padre al final de su vida por la unidad de todos los que creyeran en Él. Fue como su anhelo más profundo que expresa como testamento. De ahí que la iglesia de Cristo sigue anhelando y buscando esa comunión de todos en la única comunidad fundada por Cristo; el ecumenismo actúa para esa comunión.
Para salvaguardar esa unidad Cristo nombró cabeza a Pedro, pues sabe que no hay grupo humano que pueda conservar la unidad sin una cabeza, como se demuestra incluso en la proliferación de sectas que surgen desde el protestantismo de Lutero, al negar el lugar del sucesor de Pedro y prescindir de una cabeza que custodie la unidad de la fe. Existen, pues, Iglesias que se han separado de la Iglesia fundada por Cristo.
LAS PRINCIPALES SON:
A) La Iglesia ortodoxa, fue la primera en separarse de la Iglesia católica romana, en 1054. Se entiende por Iglesia ortodoxa, aunque se subdividió en varias independientes.
B) En el siglo 16, surgen las iglesias protestantes: luteranas, anglicanas, y presbiterianas.
b.1. Martín Lutero, fraile sacerdote agustino, se separó de la Iglesia Católica porque no estaba de acuerdo con las Indulgencias concedidas por el Papa León X, a quien lo ayudara con la construcción de la Basílica en Roma. Lutero difundió una serie de publicaciones atacando a la autoridad eclesiástica.
• Declaró que cada persona debe arreglar "cuentas" directamente con Dios y abolió la confesión particular (es decir, la que debe hacer todo católico a un sacerdote).
• La única norma de fe es la Biblia y cada persona puede interpretarla a su manera.
• La única cabeza de la Iglesia es Cristo, no es verdad que Pedro fue la cabeza visible ni sus sucesores.
• Sólo nos salvamos por la fe, las obras buenas no sirven.
• Los Sacramentos no son medios de salvación.
• Por el pecado original, la naturaleza humana es completamente depravada, incapaz de hacer el bien, nos salvamos si Dios así lo quiere; nos condenamos, si así lo quiere Dios. A esto se le llama predestinación. No cree en la libertad que Dios nos regaló.
• Su culto consiste sólo en la predicación y el canto en la Iglesia.
b.2. Los Calvinistas o Presbiterianos, fundados Juan Calvino (1509-1564), en Ginebra (Suiza). Creen casi lo mismo que los luteranos.b.3. La Iglesia Anglicana la fundó el rey Enrique VIII de Inglaterra, en el siglo 16.Este rey se separó de la Iglesia Católica porque el Papa Clemente VII no le dio la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena. El rey se autoproclamó jefe de la Iglesia de Inglaterra. Se divorció cinco veces y se casó seis, pero para no tener problemas, las mandaba a decapitar. No creen en la autoridad del Papa.
Con la Reforma Protestante, se rompió la unidad de la única Iglesia que fundó Jesucristo: la Iglesia católica. Y se inicio la multiplicación de un sinfín de sectas religiosas que siguen apareciendo y desapareciendo. Entre ellas, las más conocidas son los Testigos de Jehová, los Mormones, los Bautistas, el Ejército de Salvación y otras muchas.
Algunas de ellas, llegan incluso a negar la divinidad de Cristo y la Santísima Trinidad, así como también muchas de sus enseñanzas están muy lejos de lo que es el cristianismo de los seguidores de Jesús.La Iglesia de Cristo es la Iglesia católica, ella conserva la fe de los apóstoles, trasmitida de generación a generación verbalmente y por escrito. La Biblia trae sólo algunos escritos de los primeros discípulos. No contiene toda explicación detallada de lo que vivían como tenemos en tantos otros escritos de los primeros siglos. Cristo predicó la unidad entre todos y dijo, claramente, que quería que todo lo que sus apóstoles ataran en el Tierra, quedaría atado en el Cielo.
Quienes prefirieron fundar su propia iglesia, cambiando lo que no le gusta de la Iglesia católica rompieron esa comunión y fidelidad anhelada por Jesús, incumpliendo lo que nuestro líder, Jesucristo, nos predicó.
Para la correcta interpretación hay que tomar en cuenta aspectos fundamentales como el momento en el que surge el texto, intención del autor para saber qué quiso decir, distinguir lo que es del judaísmo de lo que es cristianismo, renovado y llevado a plenitud por Cristo. Hay cantidad de prácticas que pidió Dios a los judíos en cada época que ya no nos pide ni practicamos hoy, la circuncisión o el descanso sabático, son sólo unos ejemplos entre muchas otras.
Se requiere distinguir géneros literarios, para distinguir si es historia o composición literaria, tipo parábola o metáfora, con qué intención y mensaje, etc. para no malinterpretar. El relato de la creación, por ejemplo, nunca debió ser visto literalmente (pues nadie sabe cómo se dio, pero no pretende contradecir ninguna teoría creacionista, ya que están en planos muy distintos: ni estas teorías pueden excluir la mano de Dios en todo, pues la necesitan; ni la biblia hace ciencia ni historia, sino teología y fe) pues no pretenden decirnos como fue literalmente la creación, sino transmitir otros mensajes al modo en que solían hacerlo, siempre con metáforas o composiciones gráficas de ese tipo: trasmite ahí por ejemplo que el mal no viene de Dios sino del diablo y del pecado que libre y erróneamente comete el hombre desobedeciendo a Dios, la importancia del descanso sabático, como dios descansó el séptimo día, etc.
Esto, entre muchos otros aspectos que podemos leer en diversos libros sobre la interpretación bíblica para evitar las comunes malas y erróneas interpretaciones de las diversas sectas.
LAS IGLESIAS SEPARADAS
Jesucristo funda su Iglesia sobre Pedro y le da el poder de atar y desatar. Este poder es la Gracia. La Iglesia es depositaria de la gracia. Con la Gracia es mucho más sencillo el camino al Cielo, porque contamos con la ayuda y la presencia de Dios. Cristo rogó al Padre al final de su vida por la unidad de todos los que creyeran en Él. Fue como su anhelo más profundo que expresa como testamento. De ahí que la iglesia de Cristo sigue anhelando y buscando esa comunión de todos en la única comunidad fundada por Cristo; el ecumenismo actúa para esa comunión.
Para salvaguardar esa unidad Cristo nombró cabeza a Pedro, pues sabe que no hay grupo humano que pueda conservar la unidad sin una cabeza, como se demuestra incluso en la proliferación de sectas que surgen desde el protestantismo de Lutero, al negar el lugar del sucesor de Pedro y prescindir de una cabeza que custodie la unidad de la fe. Existen, pues, Iglesias que se han separado de la Iglesia fundada por Cristo.
LAS PRINCIPALES SON:
A) La Iglesia ortodoxa, fue la primera en separarse de la Iglesia católica romana, en 1054. Se entiende por Iglesia ortodoxa, aunque se subdividió en varias independientes.
B) En el siglo 16, surgen las iglesias protestantes: luteranas, anglicanas, y presbiterianas.
b.1. Martín Lutero, fraile sacerdote agustino, se separó de la Iglesia Católica porque no estaba de acuerdo con las Indulgencias concedidas por el Papa León X, a quien lo ayudara con la construcción de la Basílica en Roma. Lutero difundió una serie de publicaciones atacando a la autoridad eclesiástica.
• Declaró que cada persona debe arreglar "cuentas" directamente con Dios y abolió la confesión particular (es decir, la que debe hacer todo católico a un sacerdote).
• La única norma de fe es la Biblia y cada persona puede interpretarla a su manera.
• La única cabeza de la Iglesia es Cristo, no es verdad que Pedro fue la cabeza visible ni sus sucesores.
• Sólo nos salvamos por la fe, las obras buenas no sirven.
• Los Sacramentos no son medios de salvación.
• Por el pecado original, la naturaleza humana es completamente depravada, incapaz de hacer el bien, nos salvamos si Dios así lo quiere; nos condenamos, si así lo quiere Dios. A esto se le llama predestinación. No cree en la libertad que Dios nos regaló.
• Su culto consiste sólo en la predicación y el canto en la Iglesia.
b.2. Los Calvinistas o Presbiterianos, fundados Juan Calvino (1509-1564), en Ginebra (Suiza). Creen casi lo mismo que los luteranos.b.3. La Iglesia Anglicana la fundó el rey Enrique VIII de Inglaterra, en el siglo 16.Este rey se separó de la Iglesia Católica porque el Papa Clemente VII no le dio la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena. El rey se autoproclamó jefe de la Iglesia de Inglaterra. Se divorció cinco veces y se casó seis, pero para no tener problemas, las mandaba a decapitar. No creen en la autoridad del Papa.
Con la Reforma Protestante, se rompió la unidad de la única Iglesia que fundó Jesucristo: la Iglesia católica. Y se inicio la multiplicación de un sinfín de sectas religiosas que siguen apareciendo y desapareciendo. Entre ellas, las más conocidas son los Testigos de Jehová, los Mormones, los Bautistas, el Ejército de Salvación y otras muchas.
Algunas de ellas, llegan incluso a negar la divinidad de Cristo y la Santísima Trinidad, así como también muchas de sus enseñanzas están muy lejos de lo que es el cristianismo de los seguidores de Jesús.La Iglesia de Cristo es la Iglesia católica, ella conserva la fe de los apóstoles, trasmitida de generación a generación verbalmente y por escrito. La Biblia trae sólo algunos escritos de los primeros discípulos. No contiene toda explicación detallada de lo que vivían como tenemos en tantos otros escritos de los primeros siglos. Cristo predicó la unidad entre todos y dijo, claramente, que quería que todo lo que sus apóstoles ataran en el Tierra, quedaría atado en el Cielo.
Quienes prefirieron fundar su propia iglesia, cambiando lo que no le gusta de la Iglesia católica rompieron esa comunión y fidelidad anhelada por Jesús, incumpliendo lo que nuestro líder, Jesucristo, nos predicó.
sábado, 1 de agosto de 2009
RESPUESTAS A PROTES 4
¿Por qué la Semana Santa no se celebra cada año en la misma fecha?
Porque se celebra según el calendario lunar (28 días), que no coincide cada año con la misma fecha. Jesús instituyó la Última Cena un Jueves de luna llena, ya que es la misma fecha en la que los judíos festejan su salida de Egipto cruzando el Mar Rojo. Por lo que es en la primera luna llena de primavera.¿Por qué se dice que María fue Virgen?Porque lo dice la Biblia: "María antes de que vivieran juntos, quedó esperando por obra del Espíritu Santo", (Mt 1, 18).
¿En qué consiste la veneración? La veneración consiste en rendir un homenaje de honor, respeto o cariño a una persona (ángeles o santos), o cosa (reliquias, estatuas o imágenes) por algún motivo especial de recuerdo.¿Por qué no se casan los sacerdotes?Los sacerdotes no se casan porque quieren imitar el ejemplo de Cristo, que no se casó y enseñó la superioridad del celibato con relación al matrimonio. La misma recomendación nos hace San Pablo, pues él mismo no se casó y así pudo consagrarse por entero al servicio de Dios y de la Iglesia. 1 Co 7
¿Por qué las mujeres no reciben la ordenación sacerdotal?
Siguiendo el ejemplo de Jesús, que escogió como apóstoles a varones, pese a que también tuvo muchas discípulas y seguidoras, pero sólo a los 12 apóstoles convocó al momento tan especial para él, que ardientemente había deseado de expresar su amor extremo, para instituir la eucaristía y el sacerdocio, por el que podrían realizar esa misma conversión el pan en su Cuerpo, como él les dijo. Y así lo entendieron y así lo creyeron y vivieron como constan en escritos del NT y posteriores.
¿Por qué adoran imágenes?
No se debe adorar imágenes sino solo a Dios. Hay veneración para cosas religiosas, lugares o imágenes de santos, por el debido respeto. Esas imágenes sólo son representaciones, como fotos, sea de Dios o de algún santo, que pueden ayudarnos físicamente a remitirnos a ellos. Sólo de Dios vienen gracias y salvación, los santos, como hermanos ejemplares imitadores de Cristo pueden interceder por nosotros, como lo hacemos entre nosotros mismos, pues creemos que ellos viven con Dios en el cielo, y existe comunión entre ellos y nosotros pues estamos injertados en Cristo por el bautismo y formamos un solo cuerpo en Él.
Dios habló contra la idolatría, es decir adorar otros dioses, pero no tiene inconveniente con que hagamos imágenes de Él, pues sabe que nos ayudan a vivir nuestra fe, como corporales que somos. Por ello Él nos mandó su propia imagen en Cristo y en cada ser humano. Y pidió en el AT hacer imágenes de ángeles u otras cosas en varias ocasiones. Los primeros cristianos en las catacumbas ya pintaron a Cristo buen pastor y a la virgen. Ellos que recibieron la fe de Jesús y de los apóstoles. Y así fue desde el principio. Eso no va contra el mandato que condena no tener otros dioses. Las imágenes son parte de nuestra condición humana simbólica, las letras, los billetes, las señales, en todo hay signos, símbolos, imágenes, fotos, adornos, que facilitan nuestra expresión y convivencia. Dios no se opone a eso.
¿No es Cristo el único mediador? ¿Por qué tratan a María como mediadora? Cristo es único mediador, pero todos hemos sido hechos uno con Él por el bautismo, por lo que participamos de su ministerio de salvación, como Él mismo nos pidió y dirá Pablo varias veces, completamos los sufrimientos de Cristo por la salvación del mundo. Intercedemos unos por otros, con más motivo pueden hacerlo los ejemplares discípulos que son los santos, ya glorificados con Cristo y hechos uno con Él, que quieren seguir haciendo bien a la tierra, en Cristo.
TODOS ESTAMOS INMERSOS EN CRISTO POR EL BAUTISMO (cf. Rm 6,4).
TODOS SOMOS UNO EN CRISTO (cf. Jn 17,21; Mt 10,40; Ga 3,28)
Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Tim 2,5), pero al hacernos uno con Él, nos hace mediadores en Él, podemos colaborar en la obra de salvación, como dice San Pablo a renglón seguido: “Yo he sido constituido heraldo, apóstol y maestro de los gentiles en la fe y en la verdad. Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar…” (1 Tim 2,7s). De hecho nos pide que lo hagamos al enviarnos a evangelizar y a luchar contra el mal, como Él lo hizo. En ese sentido somos mediadores en Cristo, con las palabras de testigos de Cristo, ungidos para su misma misión: “Como el Padre me envió, así yo os envío” (Jn 20, 21); “Quien a ustedes recibe, a mi me recibe…” (Mt 10,40).
Dice Pablo: “Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, a favor de su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col 1,24).
¿Cómo saber el modo de interpretar correctamente la Escritura?
Nadie mejor que la iglesia puede hacerlo, no sólo por tener miles de teólogos estudiosos, doctorados en cada aspectos de la Escritura y de la historia, contando con todos los escritos bíblicos y extra-bíblicos, sino también porque tenemos la Tradición, que nos da el modo en que interpretaron desde el principio la Revelación divina, que recibieron de Jesús, con muchísimo más de lo que quedó plasmado en le Escritura. Pero nadie como ellos está autorizado para interpretar lo que Jesús les trasmitió. Ellos vivieron y trasmitieron oralmente y por escrito lo trasmitido por Jesús con hechos y palabras. Quedaron creyendo en la eucaristía y los sacramentos como lo vive y lo cree la iglesia católica.
Lutero cometió el error de tirar a la basura la Tradición que son como los lentes necesarios para interpretar correctamente la Escritura, con el espíritu original de lo que quiso decir. Y claro, en ella tenemos los evangelios que son breves catequesis del siglo primero, y las cartas de Pablo, pero nadie en ese primer momento pretendió recopilar sistemáticamente de modo completo todas las enseñanzas de Jesús y el modo a ser interpretadas y vividas. Eso se fue plasmando por escrito poco después, como consta en los escritos de los llamados santos padres, santos de los primeros siglos en los que encontramos la misma fe vivida por la iglesia hasta el día de hoy, en la virgen, en los sacramentos, en la presencia de Jesús, el credo católico, etc.
Porque se celebra según el calendario lunar (28 días), que no coincide cada año con la misma fecha. Jesús instituyó la Última Cena un Jueves de luna llena, ya que es la misma fecha en la que los judíos festejan su salida de Egipto cruzando el Mar Rojo. Por lo que es en la primera luna llena de primavera.¿Por qué se dice que María fue Virgen?Porque lo dice la Biblia: "María antes de que vivieran juntos, quedó esperando por obra del Espíritu Santo", (Mt 1, 18).
¿En qué consiste la veneración? La veneración consiste en rendir un homenaje de honor, respeto o cariño a una persona (ángeles o santos), o cosa (reliquias, estatuas o imágenes) por algún motivo especial de recuerdo.¿Por qué no se casan los sacerdotes?Los sacerdotes no se casan porque quieren imitar el ejemplo de Cristo, que no se casó y enseñó la superioridad del celibato con relación al matrimonio. La misma recomendación nos hace San Pablo, pues él mismo no se casó y así pudo consagrarse por entero al servicio de Dios y de la Iglesia. 1 Co 7
¿Por qué las mujeres no reciben la ordenación sacerdotal?
Siguiendo el ejemplo de Jesús, que escogió como apóstoles a varones, pese a que también tuvo muchas discípulas y seguidoras, pero sólo a los 12 apóstoles convocó al momento tan especial para él, que ardientemente había deseado de expresar su amor extremo, para instituir la eucaristía y el sacerdocio, por el que podrían realizar esa misma conversión el pan en su Cuerpo, como él les dijo. Y así lo entendieron y así lo creyeron y vivieron como constan en escritos del NT y posteriores.
¿Por qué adoran imágenes?
No se debe adorar imágenes sino solo a Dios. Hay veneración para cosas religiosas, lugares o imágenes de santos, por el debido respeto. Esas imágenes sólo son representaciones, como fotos, sea de Dios o de algún santo, que pueden ayudarnos físicamente a remitirnos a ellos. Sólo de Dios vienen gracias y salvación, los santos, como hermanos ejemplares imitadores de Cristo pueden interceder por nosotros, como lo hacemos entre nosotros mismos, pues creemos que ellos viven con Dios en el cielo, y existe comunión entre ellos y nosotros pues estamos injertados en Cristo por el bautismo y formamos un solo cuerpo en Él.
Dios habló contra la idolatría, es decir adorar otros dioses, pero no tiene inconveniente con que hagamos imágenes de Él, pues sabe que nos ayudan a vivir nuestra fe, como corporales que somos. Por ello Él nos mandó su propia imagen en Cristo y en cada ser humano. Y pidió en el AT hacer imágenes de ángeles u otras cosas en varias ocasiones. Los primeros cristianos en las catacumbas ya pintaron a Cristo buen pastor y a la virgen. Ellos que recibieron la fe de Jesús y de los apóstoles. Y así fue desde el principio. Eso no va contra el mandato que condena no tener otros dioses. Las imágenes son parte de nuestra condición humana simbólica, las letras, los billetes, las señales, en todo hay signos, símbolos, imágenes, fotos, adornos, que facilitan nuestra expresión y convivencia. Dios no se opone a eso.
¿No es Cristo el único mediador? ¿Por qué tratan a María como mediadora? Cristo es único mediador, pero todos hemos sido hechos uno con Él por el bautismo, por lo que participamos de su ministerio de salvación, como Él mismo nos pidió y dirá Pablo varias veces, completamos los sufrimientos de Cristo por la salvación del mundo. Intercedemos unos por otros, con más motivo pueden hacerlo los ejemplares discípulos que son los santos, ya glorificados con Cristo y hechos uno con Él, que quieren seguir haciendo bien a la tierra, en Cristo.
TODOS ESTAMOS INMERSOS EN CRISTO POR EL BAUTISMO (cf. Rm 6,4).
TODOS SOMOS UNO EN CRISTO (cf. Jn 17,21; Mt 10,40; Ga 3,28)
Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Tim 2,5), pero al hacernos uno con Él, nos hace mediadores en Él, podemos colaborar en la obra de salvación, como dice San Pablo a renglón seguido: “Yo he sido constituido heraldo, apóstol y maestro de los gentiles en la fe y en la verdad. Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar…” (1 Tim 2,7s). De hecho nos pide que lo hagamos al enviarnos a evangelizar y a luchar contra el mal, como Él lo hizo. En ese sentido somos mediadores en Cristo, con las palabras de testigos de Cristo, ungidos para su misma misión: “Como el Padre me envió, así yo os envío” (Jn 20, 21); “Quien a ustedes recibe, a mi me recibe…” (Mt 10,40).
Dice Pablo: “Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, a favor de su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col 1,24).
¿Cómo saber el modo de interpretar correctamente la Escritura?
Nadie mejor que la iglesia puede hacerlo, no sólo por tener miles de teólogos estudiosos, doctorados en cada aspectos de la Escritura y de la historia, contando con todos los escritos bíblicos y extra-bíblicos, sino también porque tenemos la Tradición, que nos da el modo en que interpretaron desde el principio la Revelación divina, que recibieron de Jesús, con muchísimo más de lo que quedó plasmado en le Escritura. Pero nadie como ellos está autorizado para interpretar lo que Jesús les trasmitió. Ellos vivieron y trasmitieron oralmente y por escrito lo trasmitido por Jesús con hechos y palabras. Quedaron creyendo en la eucaristía y los sacramentos como lo vive y lo cree la iglesia católica.
Lutero cometió el error de tirar a la basura la Tradición que son como los lentes necesarios para interpretar correctamente la Escritura, con el espíritu original de lo que quiso decir. Y claro, en ella tenemos los evangelios que son breves catequesis del siglo primero, y las cartas de Pablo, pero nadie en ese primer momento pretendió recopilar sistemáticamente de modo completo todas las enseñanzas de Jesús y el modo a ser interpretadas y vividas. Eso se fue plasmando por escrito poco después, como consta en los escritos de los llamados santos padres, santos de los primeros siglos en los que encontramos la misma fe vivida por la iglesia hasta el día de hoy, en la virgen, en los sacramentos, en la presencia de Jesús, el credo católico, etc.
martes, 28 de julio de 2009
RESPUESTAS A PROTES-3
¿Por qué se llama "católica" y porqué se dice "romana"? Católica quiere decir "Universal", y romana, porque la cabeza de la Iglesia Católica reside en Roma, el sucesor de Pedro que trae la unción que Cristo dio a los apóstoles, por imposición de manos hasta los actuales obispos y sus colaboradores presbíteros.
¿Es cierto que está prohibido usar la medicina y basta la oración para sanar?Es falso. En la Biblia no encontramos ninguna prohibición en contra del uso de las medicinas. En cambio, sí dice: "Hijo mío, cuando estés enfermo, no te sientas sin fuerzas, sino ruega al Señor y él te sanará. Enseguida, recurre al médico porque a él también lo creó Dios." (Eclo 38,9.12)¿Por qué las mujeres católicas se cortan el pelo, usan pantalones, no llevan el velo a los actos religiosos, llevan aretes, collares, etc.? ¿Por qué predican?La Biblia presenta enseñanzas, "costumbres", creencias y consejos que cambian con el tiempo. Incluso en el trascurrir de los escritos vemos muchos cambios de prácticas y costumbre. Encontramos, en cambio, afirmaciones como la siguiente: "no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno en Cristo Jesús". (Gal 3)
¿Por qué llaman "padre" al sacerdote? Cuando Cristo dijo: "tampoco deben decirle Padre a nadie en la tierra, porque un sólo Padre tienen: el que está el Cielo", (Mt. 23, 8-10), se refiere a que sepamos reconocer a Dios "como el ser más importante que está por encima de todo lo que existe, que nos aceptemos como hermanos, sin considerarnos más importantes que los demás." El sacerdote es como un "padre espiritual" de los miembros de la comunidad. Y Jesús con la palabra padre está refiriéndose a los padres de familia, que es el único sentido que tenía la palabra. Pero no hay nada malo de que les llamemos así.
¿Por qué el Papa se mete en la política? El Papa, como Maestro y Pastor Universal, tiene que decir la verdad a todos, también a los políticos. El Papa no hace las guerras, ni interviene en ellas, sino que lucha para que no existan.
¿Por qué riquezas? ¿Por qué no las vende y da a los pobres?Generalmente, se trata de obras de arte que constituyen el patrimonio cultural de toda la humanidad. Están abiertas para que el público las vea y, aún en caso de que las vendiera, no solucionaría ningún problema, y privaría a la humanidad del beneficio de éstas. Si causa el vaticano algún beneficio por los museos, redundan en un bien mayor, pues se hacen cada año innumerables obras y proyectos de ayuda en diversos países más necesitados con todo lo que puede recaudar la Iglesia por medios diversos.
¿Por qué hay que obedecer al Papa, si Dios se comunica con todo hombre personalmente? Jesús dijo: "El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza, rechaza al que me envió" (Lc 10, 16). Al escuchar al Papa, estamos escuchando y siguiendo a Cristo.
¿Cómo sabemos que el Papa actual es el sucesor de San Pedro, y que goza de la misma autoridad para guiar la Iglesia Universal?Tenemos la lista de todos los Obispos de Roma desde San Pedro. San Pedro fue el primero, el Papa Juan Pablo II es el Papa número "265". Jesús le dio autoridad a Pedro cuando le dijo: "Tú eres Pedro y sobre Ti, edificaré mi Iglesia". Pasó la gracia divina del Espíritu por imposición de manos hasta el día de hoy por el sacramento del orden sacerdotal, desde los primeros apóstoles.
¿Dónde en la Biblia se habla de Purgatorio?Por Purgatorio se entiende un estado intermedio entre la gloria y el infierno, en el cual el alma se purifica y se hace digna de gozar de Dios. Por el hecho de que la Biblia no contenga la palabra "purgatorio" no se puede concluir que el Purgatorio no existe. En efecto, la Biblia no presenta tampoco la palabra "Trinidad" y existe el dogma de la Santísima Trinidad. En el AT dice que oraron por los difuntos, porque creían que estaban vivos con esperanza de salvación. No están muertos, ni condenados ni en el cielo, por lo que se puede orar por ellos; se deduce esa situación intermedia, llámese como se quiera.Creer en la comunión de los santos es creer en la unión de todos en Cristo, la iglesia peregrina y la triunfante en el cielo. Podemos interceder por los muertos y ellos por nosotros, pues están vivos (cf. 2 Mac 12,44-46).¿Por qué los católicos tienen sacerdotes, si los sacerdotes causaron la muerte de Cristo?Los sacerdotes que condenaron a Cristo fueron los del judaísmo del Antiguo Testamento. Los sacerdotes de la Iglesia Católica pertenecen al Nuevo Testamento, continuadores de la obra de los Apóstoles; totalmente distinto.
¿Qué quiere decir el número 666? Se trata de un número simbólico, de difícil interpretación. El seis quiere decir "imperfección". El número tres se usa en un contexto ritual; el cuatro simboliza la totalidad; el siete, la perfección; el diez, la pluralidad; el doce y sus múltiplos, la plenitud. Se entiende que con esa cifra se referían veladamente al Cesar Nerón que acusó a los cristianos de incendiar Roma y los perseguía a muerte.
¿Es cierto que está prohibido usar la medicina y basta la oración para sanar?Es falso. En la Biblia no encontramos ninguna prohibición en contra del uso de las medicinas. En cambio, sí dice: "Hijo mío, cuando estés enfermo, no te sientas sin fuerzas, sino ruega al Señor y él te sanará. Enseguida, recurre al médico porque a él también lo creó Dios." (Eclo 38,9.12)¿Por qué las mujeres católicas se cortan el pelo, usan pantalones, no llevan el velo a los actos religiosos, llevan aretes, collares, etc.? ¿Por qué predican?La Biblia presenta enseñanzas, "costumbres", creencias y consejos que cambian con el tiempo. Incluso en el trascurrir de los escritos vemos muchos cambios de prácticas y costumbre. Encontramos, en cambio, afirmaciones como la siguiente: "no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno en Cristo Jesús". (Gal 3)
¿Por qué llaman "padre" al sacerdote? Cuando Cristo dijo: "tampoco deben decirle Padre a nadie en la tierra, porque un sólo Padre tienen: el que está el Cielo", (Mt. 23, 8-10), se refiere a que sepamos reconocer a Dios "como el ser más importante que está por encima de todo lo que existe, que nos aceptemos como hermanos, sin considerarnos más importantes que los demás." El sacerdote es como un "padre espiritual" de los miembros de la comunidad. Y Jesús con la palabra padre está refiriéndose a los padres de familia, que es el único sentido que tenía la palabra. Pero no hay nada malo de que les llamemos así.
¿Por qué el Papa se mete en la política? El Papa, como Maestro y Pastor Universal, tiene que decir la verdad a todos, también a los políticos. El Papa no hace las guerras, ni interviene en ellas, sino que lucha para que no existan.
¿Por qué riquezas? ¿Por qué no las vende y da a los pobres?Generalmente, se trata de obras de arte que constituyen el patrimonio cultural de toda la humanidad. Están abiertas para que el público las vea y, aún en caso de que las vendiera, no solucionaría ningún problema, y privaría a la humanidad del beneficio de éstas. Si causa el vaticano algún beneficio por los museos, redundan en un bien mayor, pues se hacen cada año innumerables obras y proyectos de ayuda en diversos países más necesitados con todo lo que puede recaudar la Iglesia por medios diversos.
¿Por qué hay que obedecer al Papa, si Dios se comunica con todo hombre personalmente? Jesús dijo: "El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza, rechaza al que me envió" (Lc 10, 16). Al escuchar al Papa, estamos escuchando y siguiendo a Cristo.
¿Cómo sabemos que el Papa actual es el sucesor de San Pedro, y que goza de la misma autoridad para guiar la Iglesia Universal?Tenemos la lista de todos los Obispos de Roma desde San Pedro. San Pedro fue el primero, el Papa Juan Pablo II es el Papa número "265". Jesús le dio autoridad a Pedro cuando le dijo: "Tú eres Pedro y sobre Ti, edificaré mi Iglesia". Pasó la gracia divina del Espíritu por imposición de manos hasta el día de hoy por el sacramento del orden sacerdotal, desde los primeros apóstoles.
¿Dónde en la Biblia se habla de Purgatorio?Por Purgatorio se entiende un estado intermedio entre la gloria y el infierno, en el cual el alma se purifica y se hace digna de gozar de Dios. Por el hecho de que la Biblia no contenga la palabra "purgatorio" no se puede concluir que el Purgatorio no existe. En efecto, la Biblia no presenta tampoco la palabra "Trinidad" y existe el dogma de la Santísima Trinidad. En el AT dice que oraron por los difuntos, porque creían que estaban vivos con esperanza de salvación. No están muertos, ni condenados ni en el cielo, por lo que se puede orar por ellos; se deduce esa situación intermedia, llámese como se quiera.Creer en la comunión de los santos es creer en la unión de todos en Cristo, la iglesia peregrina y la triunfante en el cielo. Podemos interceder por los muertos y ellos por nosotros, pues están vivos (cf. 2 Mac 12,44-46).¿Por qué los católicos tienen sacerdotes, si los sacerdotes causaron la muerte de Cristo?Los sacerdotes que condenaron a Cristo fueron los del judaísmo del Antiguo Testamento. Los sacerdotes de la Iglesia Católica pertenecen al Nuevo Testamento, continuadores de la obra de los Apóstoles; totalmente distinto.
¿Qué quiere decir el número 666? Se trata de un número simbólico, de difícil interpretación. El seis quiere decir "imperfección". El número tres se usa en un contexto ritual; el cuatro simboliza la totalidad; el siete, la perfección; el diez, la pluralidad; el doce y sus múltiplos, la plenitud. Se entiende que con esa cifra se referían veladamente al Cesar Nerón que acusó a los cristianos de incendiar Roma y los perseguía a muerte.
miércoles, 15 de julio de 2009
viernes, 10 de julio de 2009
RESPUESTAS A PROTES-2
Algunos protestantes dicen que es pecado "arrodillarse" delante de un hombre. ¿Es cierto? Si uno, al "arrodillarse", piensa en "adorar", comete pecado, de otra manera no. La adoración está reservada solamente a Dios. Los protestantes dicen que los sacerdotes son pecadores como nosotros, por lo tanto no pueden perdonar los pecados.
Hay que confesarse directamente con Dios. ¿Es cierto? Sí, hemos de confesarnos ante Dios en nuestra oración. Pero la Biblia habla también del poder que Jesucristo les dio a sus Apóstoles: "a quienes ustedes perdonen, queden perdonados, y a quienes ustedes no libren de sus pecados, quedan atados". (Jn 20, 22-23). El que seamos pecadores no le impidió reafirmar a Pedro en su lugar de cabeza, después de las negaciones y la resurrección, para salvaguardar la comunión, así como las encomiendas de evangelizar, aun a los que dudaban y seguirían siendo pecadores.
¿Por qué se hace el Vía Crucis? ¿Porque se usan velas y veladoras? ¿Porqué los sacerdotes usan sotana? ¿Por qué se reza el Rosario?Se trata de costumbres que varían según el tiempo y el lugar, para expresar el culto. Lo importante es que las costumbres no estén en contra de la Palabra de Dios, sino de acuerdo a ella.
Si Cristo murió en una cruz, ¿por qué la respetan tanto los católicos?No fue la cruz que mató a Jesús, fueron nuestros pecados. En la cruz, mediante sus sufrimientos, libremente aceptados, Cristo nos liberó, nos redimió y nos salvó. La cruz es el símbolo del amor extremo de Dios, y nosotros la respetamos como símbolo que nos recuerda su entrega de amor.
¿Es cierto que los católicos roban a Dios, porque no pagan el Diezmo?En el Antiguo Testamento encontramos la costumbre del Diezmo, que estaba destinado para el sustento de los sacerdotes y levitas que, por dedicarse al servicio a Dios, no habían recibido su repartición de tierra. En el Nuevo Testamento no se habla del Diezmo. Este concepto cambia y se promueve el espíritu de ayuda. La Iglesia católica entiende por Diezmo, no la décima parte, sino una cooperación voluntaria que puede ser el 1% de los ingresos anuales.
¿Por qué se reza por los difuntos?Si una persona muere en amistad con Dios, pero al mismo tiempo tiene algún pecado, es bueno orar por ella. Cada persona o comunidad puede escoger la manera práctica de orar: Misas, Novenas, Rosarios. Pero esta práctica ya aparece en el AT. Y tiene que ver con la comunión de los santos, es decir: comunión de bienes de todos los que estamos en Cristo, en la tierra como en el cielo, de ahí que puedan interceder ellos por nosotros y nosotros por ellos, como lo hacemos entre nosotros.
¿Por qué hay que guardar el Domingo y no el Sábado?Viviendo los Apóstoles, se cambió del sábado al Domingo la fiesta del día del Señor, pues Jesús resucitó en Domingo y es el primer día de la semana. Así como dejaron muchas otras prácticas del judaísmo, como la circuncisión y tantas otras prácticas y fiestas judías.
Muchos protestantes piensan que la Eucaristía o Cena del Señor es un recuerdo que dejó Jesús y se hace cada año en Pascua. Según ellos, Jesús no está realmente presente en el pan y en el vino consagrados, ¿Es cierto?La Biblia no dice "una vez al año" y habla de "cuerpo y sangre verdaderos". Dice, muy claro, que Jesús tomó el pan y el vino y los repartió, diciendo: "Esto es mi cuerpo y esta mi sangre que será entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Y esa palabra memorial de la lengua original tiene el sentido de “Actualización”, sería como revivir eso mismo, como estar en el mismo momento en que se realizó, pues se realiza de nuevo realmente.
Los sectarios dicen que María no fue "Virgen", porque tuvo muchos hijos. ¿Tienen razón?Es falso. La Biblia habla de "hermanos de Jesús", no de "hijos de María". El término "hermanos" se utilizaba en el idioma que se escribió la Biblia, para referirse a parientes y amigos cercanos, como los sobrinos, primos, tíos. Y eso está manifiesto en muchas otras citas de la Escritura que dice hermanos a los que no son de sangre.
Los sectarios dicen que la Iglesia católica empezó con Constantino, en el año 313. ¿Es cierto?Es imposible, ya que el mismo Cristo aseguró que ni las puertas del infierno lograrían vencerla (Mt. 16, 19), y que Él mismo la cuidaría hasta el fin del mundo (Mt. 28,20). En el año 313, el Emperador Constantino sólo concedió libertad de culto a los integrantes del imperio romano, para que dejaran de ser perseguidos. El que fundó la Iglesia fue Cristo y el Espíritu Santo al venir sobre los apóstoles. De hecho tenemos muchos escritos de santos y apóstoles de antes del 313, incluso hablando de la eucaristía, de cómo creían en este sacramento y lo celebraban como nosotros hoy.
Hay que confesarse directamente con Dios. ¿Es cierto? Sí, hemos de confesarnos ante Dios en nuestra oración. Pero la Biblia habla también del poder que Jesucristo les dio a sus Apóstoles: "a quienes ustedes perdonen, queden perdonados, y a quienes ustedes no libren de sus pecados, quedan atados". (Jn 20, 22-23). El que seamos pecadores no le impidió reafirmar a Pedro en su lugar de cabeza, después de las negaciones y la resurrección, para salvaguardar la comunión, así como las encomiendas de evangelizar, aun a los que dudaban y seguirían siendo pecadores.
¿Por qué se hace el Vía Crucis? ¿Porque se usan velas y veladoras? ¿Porqué los sacerdotes usan sotana? ¿Por qué se reza el Rosario?Se trata de costumbres que varían según el tiempo y el lugar, para expresar el culto. Lo importante es que las costumbres no estén en contra de la Palabra de Dios, sino de acuerdo a ella.
Si Cristo murió en una cruz, ¿por qué la respetan tanto los católicos?No fue la cruz que mató a Jesús, fueron nuestros pecados. En la cruz, mediante sus sufrimientos, libremente aceptados, Cristo nos liberó, nos redimió y nos salvó. La cruz es el símbolo del amor extremo de Dios, y nosotros la respetamos como símbolo que nos recuerda su entrega de amor.
¿Es cierto que los católicos roban a Dios, porque no pagan el Diezmo?En el Antiguo Testamento encontramos la costumbre del Diezmo, que estaba destinado para el sustento de los sacerdotes y levitas que, por dedicarse al servicio a Dios, no habían recibido su repartición de tierra. En el Nuevo Testamento no se habla del Diezmo. Este concepto cambia y se promueve el espíritu de ayuda. La Iglesia católica entiende por Diezmo, no la décima parte, sino una cooperación voluntaria que puede ser el 1% de los ingresos anuales.
¿Por qué se reza por los difuntos?Si una persona muere en amistad con Dios, pero al mismo tiempo tiene algún pecado, es bueno orar por ella. Cada persona o comunidad puede escoger la manera práctica de orar: Misas, Novenas, Rosarios. Pero esta práctica ya aparece en el AT. Y tiene que ver con la comunión de los santos, es decir: comunión de bienes de todos los que estamos en Cristo, en la tierra como en el cielo, de ahí que puedan interceder ellos por nosotros y nosotros por ellos, como lo hacemos entre nosotros.
¿Por qué hay que guardar el Domingo y no el Sábado?Viviendo los Apóstoles, se cambió del sábado al Domingo la fiesta del día del Señor, pues Jesús resucitó en Domingo y es el primer día de la semana. Así como dejaron muchas otras prácticas del judaísmo, como la circuncisión y tantas otras prácticas y fiestas judías.
Muchos protestantes piensan que la Eucaristía o Cena del Señor es un recuerdo que dejó Jesús y se hace cada año en Pascua. Según ellos, Jesús no está realmente presente en el pan y en el vino consagrados, ¿Es cierto?La Biblia no dice "una vez al año" y habla de "cuerpo y sangre verdaderos". Dice, muy claro, que Jesús tomó el pan y el vino y los repartió, diciendo: "Esto es mi cuerpo y esta mi sangre que será entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Y esa palabra memorial de la lengua original tiene el sentido de “Actualización”, sería como revivir eso mismo, como estar en el mismo momento en que se realizó, pues se realiza de nuevo realmente.
Los sectarios dicen que María no fue "Virgen", porque tuvo muchos hijos. ¿Tienen razón?Es falso. La Biblia habla de "hermanos de Jesús", no de "hijos de María". El término "hermanos" se utilizaba en el idioma que se escribió la Biblia, para referirse a parientes y amigos cercanos, como los sobrinos, primos, tíos. Y eso está manifiesto en muchas otras citas de la Escritura que dice hermanos a los que no son de sangre.
Los sectarios dicen que la Iglesia católica empezó con Constantino, en el año 313. ¿Es cierto?Es imposible, ya que el mismo Cristo aseguró que ni las puertas del infierno lograrían vencerla (Mt. 16, 19), y que Él mismo la cuidaría hasta el fin del mundo (Mt. 28,20). En el año 313, el Emperador Constantino sólo concedió libertad de culto a los integrantes del imperio romano, para que dejaran de ser perseguidos. El que fundó la Iglesia fue Cristo y el Espíritu Santo al venir sobre los apóstoles. De hecho tenemos muchos escritos de santos y apóstoles de antes del 313, incluso hablando de la eucaristía, de cómo creían en este sacramento y lo celebraban como nosotros hoy.
viernes, 3 de julio de 2009
RESPUESTAS A PROTES-1
La Iglesia responde brevemente a las principales dudas de protestantes
Tomar en consideración que la Iglesia Católica es santa y pecadora, Santa en virtud de su alma que es el Espíritu Santo, Y de su cabeza que es Cristo mismo; su dimensión invisible, espiritual y eterna; pecadora por su cuerpo que formamos todos, siendo pecadores como humanos, en su dimensión material, institucional y visible.
Está por tanto necesitada de conversión permanente, aspirando a la santidad, y consciente de lo cambiante de los tiempos y culturas a las que ha de saber adaptarse y traducir las enseñanzas divinas. Tiene las puertas abiertas a todos; compuesta por santos y pecadores, sabios e ignorantes… Susceptible de todo tipo de errores humanos por ignorancia o negligencia.
Esto significa que no todo lo que viven los laicos define a la iglesia o es legítimo doctrinalmente hablando. Hay mucho desconocimiento de Dios, muchas ideas erróneas, tergiversaciones, malos entendidos, sincretismo religioso que mezcla la fe católica con otras ideas esotéricas o fetichistas, lo cual es un absurdo, que la misma iglesia condena. NO dejarnos confundir por esos errores vividos por algunos que se dicen católicos sin serlo verdaderamente.
Muchos modos e ideas medievales formas de fe y tradiciones han de cambiar a la luz de los signos de los tiempos, de los paradigmas actuales y de la teología de hoy. Podemos disentir de muchas formas que no nos agraden, incluso los sacerdotes y obispos disienten o difieren de muchos de estos aspectos secundarios. Pero esto hay que distinguirlo de lo fundamental, de lo esencial de nuestra fe católica, sobre lo que versan las respuestas que siguen, de modo muy breve.
¿Quién es el anticristo? Algunas sectas afirman que le Papa es el anticristo. Todo el que se opone a Cristo y al establecimiento de su Reino, es anticristo, es decir de los enemigos de Cristo, sea persona, organización o estado. Afirmar que el Papa es el Anticristo es una calumnia, puesto que es el sucesor de San Pedro y el jefe de la Iglesia fundada por Cristo.
¿Qué son los "Libros Apócrifos"?Los libros apócrifos son los que fueron excluidos lista de libros reconocidos como inspirados por la Iglesia Católica, la única en el siglo IV, cuando se definieron los libros inspirados. Los protestantes que tienen inicio en el s. XVI aceptan la Biblia que definió la Iglesia, pero a excepción de algunos libros o partes de libros, que sacaron de sus biblias, con el pretexto de que son escritos en griego y no en hebreo. Pablo cuando dice que toda la escritura es inspirada por Dios (2 Tim 3,16) tenía la de los 70 que incluía todo, lo escrito en hebreo y en griego.
Tomar en consideración que la Iglesia Católica es santa y pecadora, Santa en virtud de su alma que es el Espíritu Santo, Y de su cabeza que es Cristo mismo; su dimensión invisible, espiritual y eterna; pecadora por su cuerpo que formamos todos, siendo pecadores como humanos, en su dimensión material, institucional y visible.
Está por tanto necesitada de conversión permanente, aspirando a la santidad, y consciente de lo cambiante de los tiempos y culturas a las que ha de saber adaptarse y traducir las enseñanzas divinas. Tiene las puertas abiertas a todos; compuesta por santos y pecadores, sabios e ignorantes… Susceptible de todo tipo de errores humanos por ignorancia o negligencia.
Esto significa que no todo lo que viven los laicos define a la iglesia o es legítimo doctrinalmente hablando. Hay mucho desconocimiento de Dios, muchas ideas erróneas, tergiversaciones, malos entendidos, sincretismo religioso que mezcla la fe católica con otras ideas esotéricas o fetichistas, lo cual es un absurdo, que la misma iglesia condena. NO dejarnos confundir por esos errores vividos por algunos que se dicen católicos sin serlo verdaderamente.
Muchos modos e ideas medievales formas de fe y tradiciones han de cambiar a la luz de los signos de los tiempos, de los paradigmas actuales y de la teología de hoy. Podemos disentir de muchas formas que no nos agraden, incluso los sacerdotes y obispos disienten o difieren de muchos de estos aspectos secundarios. Pero esto hay que distinguirlo de lo fundamental, de lo esencial de nuestra fe católica, sobre lo que versan las respuestas que siguen, de modo muy breve.
¿Quién es el anticristo? Algunas sectas afirman que le Papa es el anticristo. Todo el que se opone a Cristo y al establecimiento de su Reino, es anticristo, es decir de los enemigos de Cristo, sea persona, organización o estado. Afirmar que el Papa es el Anticristo es una calumnia, puesto que es el sucesor de San Pedro y el jefe de la Iglesia fundada por Cristo.
¿Qué son los "Libros Apócrifos"?Los libros apócrifos son los que fueron excluidos lista de libros reconocidos como inspirados por la Iglesia Católica, la única en el siglo IV, cuando se definieron los libros inspirados. Los protestantes que tienen inicio en el s. XVI aceptan la Biblia que definió la Iglesia, pero a excepción de algunos libros o partes de libros, que sacaron de sus biblias, con el pretexto de que son escritos en griego y no en hebreo. Pablo cuando dice que toda la escritura es inspirada por Dios (2 Tim 3,16) tenía la de los 70 que incluía todo, lo escrito en hebreo y en griego.
miércoles, 1 de julio de 2009
miércoles, 24 de junio de 2009
LA FE QUE SALVA
No es la simple caricatura de fe que se suele conocer comúnmente como un simple creer en la existencia de Dios -nivel al que muchos ni alcanzan- pero la fe por la que nos viene la salvación y la vida divina eterna no es esa. Dice la Biblia que también los demonios creen y tiemblan, pero no se adhieren a Dios ni se quieren someter a Él; en otras palabras, no le quieren dejar a Él ser Dios, pues se endiosan ellos mismos, tal cual nos sucede a los humanos.
No se trata por tanto de la “fe del carbonero”, que es más credulidad que creencia, sin apoyo en una experiencia del Dios vivo, pues dicen creer en Dios simplemente porque sí, por su mentalidad subjetiva, su tradición, costumbre, etc. Así como muchos opinan que hay extraterrestres y otros que no, pero sin apoyarse en experiencia alguna, pues así dicen muchos creer en Dios. Esa no es la fe de la que nos habla la Palabra, la fe que nos hace hijos de Dios, que nos da la salvación y la vida nueva en Cristo.
La Biblia afirma de modo claro, insistente y contundente que por la fe habitará Cristo en nuestros corazones, que nos hace hijos de Dios, que nos da la Vida eterna, que por ella recibimos la salvación, etc. (cf. Ef 3,17; Jn 1,18; 3,16; 6,40.47; 7,37-39; Mc 16,16 etc.).
¿A qué fe se refiere entonces? Se trata no solamente de creer en Dios, sino de creer a Dios. Es decir que la fe verdadera sería creer su palabra y por tanto acogerla y practicarla, como aclara y especifica Jesús en numerosas ocasiones. “El que escucha mis palabras y no las pone por obra se parece al hombre necio que edificó su casa sobre arena… (cf. Mt 7,21). Más feliz el que escucha y practica,…
La fe se practica por el amor (Ga 6.7), la fe sin obras está muerta (Stg 2,26). El que escucha y no practica se parece al que se ve en el espejo y al momento se olvida. Practicándola será feliz (cf. Stg 1,23-27). Y así son innumerables las referencias que nos hablan de que no puede haber fe sin la obediencia y práctica de su palabra.
En definitiva se trata simplemente de darle a Dios su lugar en nuestra vida, el lugar que le corresponde, el de único Dios y Señor. No tener otro Dios, guía, ni pastor más que Él. Hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres, dijeron los apóstoles cuando les detuvieron y encarcelaron prohibiéndoles hablar de Jesús (cf. Hch 5,29). Es decir, dejar a Dios ser Dios a costa de lo que sea, pues se trata de un valor absoluto que ha de estar por encima de cualquier otro. Antes perder cualquier otra cosa, pero no a Dios, la vida eterna, su Reino en el corazón (cf. Mt 5,29ss).
¿Crees que practicar su palabra con fe te hará feliz? ¿Cuáles crees que sean las consecuencias de practicarla y las consecuencias de no hacerlo?
No se trata por tanto de la “fe del carbonero”, que es más credulidad que creencia, sin apoyo en una experiencia del Dios vivo, pues dicen creer en Dios simplemente porque sí, por su mentalidad subjetiva, su tradición, costumbre, etc. Así como muchos opinan que hay extraterrestres y otros que no, pero sin apoyarse en experiencia alguna, pues así dicen muchos creer en Dios. Esa no es la fe de la que nos habla la Palabra, la fe que nos hace hijos de Dios, que nos da la salvación y la vida nueva en Cristo.
La Biblia afirma de modo claro, insistente y contundente que por la fe habitará Cristo en nuestros corazones, que nos hace hijos de Dios, que nos da la Vida eterna, que por ella recibimos la salvación, etc. (cf. Ef 3,17; Jn 1,18; 3,16; 6,40.47; 7,37-39; Mc 16,16 etc.).
¿A qué fe se refiere entonces? Se trata no solamente de creer en Dios, sino de creer a Dios. Es decir que la fe verdadera sería creer su palabra y por tanto acogerla y practicarla, como aclara y especifica Jesús en numerosas ocasiones. “El que escucha mis palabras y no las pone por obra se parece al hombre necio que edificó su casa sobre arena… (cf. Mt 7,21). Más feliz el que escucha y practica,…
La fe se practica por el amor (Ga 6.7), la fe sin obras está muerta (Stg 2,26). El que escucha y no practica se parece al que se ve en el espejo y al momento se olvida. Practicándola será feliz (cf. Stg 1,23-27). Y así son innumerables las referencias que nos hablan de que no puede haber fe sin la obediencia y práctica de su palabra.
En definitiva se trata simplemente de darle a Dios su lugar en nuestra vida, el lugar que le corresponde, el de único Dios y Señor. No tener otro Dios, guía, ni pastor más que Él. Hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres, dijeron los apóstoles cuando les detuvieron y encarcelaron prohibiéndoles hablar de Jesús (cf. Hch 5,29). Es decir, dejar a Dios ser Dios a costa de lo que sea, pues se trata de un valor absoluto que ha de estar por encima de cualquier otro. Antes perder cualquier otra cosa, pero no a Dios, la vida eterna, su Reino en el corazón (cf. Mt 5,29ss).
¿Crees que practicar su palabra con fe te hará feliz? ¿Cuáles crees que sean las consecuencias de practicarla y las consecuencias de no hacerlo?
domingo, 21 de junio de 2009
SOBRE LA FE
MITOS SOBRE LA FE
“La razón es el antídoto que permite superar los mitos religiosos y el relativismo actual”, constató Benedicto XVI recientemente durante la audiencia general. Son muchos los prejuicios existentes sobre Dios, propios de una creencia pre-evangelizada, quizás natural al ser humano (es decir, conceptos que se tienen de Dios sin conocer la revelación que Él hace de sí mismo) según la cual Dios habría de responder a nuestras peticiones y debería gobernar al mundo. Ante el Dios verdadero revelado en Cristo que no responde a estas expectativas humanas, el hombre muchas veces opta por negar a Dios y prescindir de Él, pensando que no existe.
No es que no exista Dios, lo que no existe es el dios del prejuicio albergado por muchos seres humanos; lo que no existe son los mitos sobre Dios creídos o pensados por muchos, incluso por cristianos pese a tratarse de imágenes de Dios radicalmente distintas a la manifestada por Cristo, desmentidas directamente por su vida y sus palabras. Es de esa imagen insustentable -y refutada por los hechos constatables de la vida cotidiana- de la que se apartan muchos de nuestros contemporáneos. No existe esa caricatura de Dios, a veces ridícula, que es la única que se ha presentado a muchos y que les ha parecido inaceptable o hasta chocante, que sin embargo es la que viven y manifiestan muchos cristianos.
Claro que no se puede creer en Dios gratuitamente, sólo porque otro lo diga; claro que no podemos quedar en una fe ciega, sin cimiento alguno; esto sería temerario, tanto como cualquier creencia sin fundamento. Ponerse a creer en algo nada más que porque sí o simplemente porque lo dice alguien puede ser muy peligroso, pues hay mucha mentira en el aire. Cuántas creencias absurdas y totalmente irracionales son pura invención humana; muchas veces salen de personas sin escrúpulos que únicamente piensan en su bolsillo o en su poder sobre los demás, por lo que quieren vendernos ídolos de todo tipo que son falsos remedios.
La fe cristiana tiene un fundamento y una revelación histórica; está cimentada en las experiencias de Dios de muchos siglos; desde los patriarcas y profetas en el nacimiento y crecimiento de un pueblo con el que Dios se fue revelando durante siglos, entrando en la historia y acompañándolo, hasta la manifestación más plena y perfecta en Cristo. Totalmente diferente de la absurda fe en ídolos o supersticiones inventadas por hombres, como la “santa muerte”, por ejemplo, o como la fe en unas piedras, velas, horóscopos y tantas creencias sin bases de ningún tipo, sin el sustento de verdaderas experiencias.
“¿Cómo invocarán a aquél en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquél de quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? Y ¿cómo predicarán si no son enviados?... Por lo tanto, la fe viene de la predicación y la predicación por la Palabra de Cristo” (Rom 10, 14ss)
Creer en Dios no es como creer si existen o no los extraterrestres. Cada uno puede tener una opinión, unos serán dados a creer y otros a no creer, pero sus opiniones son irrelevantes, sin base alguna; la fe cristiana no tiene nada que ver con este tipo de fe, pues creer así en Dios tampoco nos serviría para nada. Una fe sin conocimiento y sin experiencia no puede afectar a nuestra vida, ni nos puede salvar ya que no nos da la comunión con Dios. La fe sin obras está muerta y no puedo tener fe con obras de Dios sin tener experiencia de Dios, sin ser guiado por el Espíritu y sin experimentar su acción amorosa y poderosa, sin sentirme seducido por Dios hasta querer dar la vida por Él (no sólo muriendo, sino dándole la vida de cada día). De Dios conocemos lo que experimentamos. Hemos de experimentarlo para poder cimentar nuestra vida y nuestra fe en Él, pues sin ello habríamos creído en vano, nos dice San Pablo (1Co 15,2) ya que sin obras tendríamos una fe estéril.
Para creer en Dios necesitamos una experiencia de encuentro con Él, necesitamos conocerle no teórica sino vivencialmente, y esto no se da si no es por medio de la comunidad eclesial. Es un don que se recibe por medio de los instrumentos en los que Dios sigue vivo y actuando, dándose y haciendo el bien. La fe viene por el oído, por la predicación de la palabra de Dios que recibimos de los apóstoles de hoy -sean laicos o consagrados- que hablan en su nombre y hacen posible la acción del Espíritu que toca el corazón. Solamente Él proporciona una experiencia que produce un cambio radical y medular, no simplemente cosmético. La experiencia de Dios –que procede de la escucha y práctica de su Palabra- nos abre a la fe, y por ella le dejamos vivir a Dios en nosotros, nos dejamos iluminar y guiar por Él, pues su amor nos seduce y marca nuestra vida, nos capacita para amar como Él.
Por tanto, la fe, no es algo puramente teórico. No es algo que puedo perder si me dijeran algo, sea lo que sea. Si tuviera una fe teórica, sustentada en lo que otros dicen, podría perderla si luego dijeran otra cosa; como los que pierden la fe porque oyen decir que aquél milagro fue un fraude, o que un sacerdote dijo que no sucedió así tal o cual milagro… En cambio una fe bien cimentada en la experiencia, aunque descubrieran datos “contrarios” al evangelio, aunque dijeran que no fue así, etc., no podría tambalearnos, pues no podemos negar lo que hemos visto y oído.
¿Qué formas de creer has conocido?
¿Cuál crees que debe ser nuestro modo de creer en Dios para que nos lleve a una verdadera vivencia de la Palabra y una vida nueva en Cristo? ¿Qué necesitamos para ello?
¿Qué ideas erróneas has conocido sobre la fe?
¿Puede llegar a creer una persona sola, estudiando conceptos y teorías sobre Dios? ¿Puede un teólogo conocer muy bien todo sobre Dios y no tener fe? ¿De dónde viene la fe, cómo proporcionarla, facilitarla o suscitarla?
“La razón es el antídoto que permite superar los mitos religiosos y el relativismo actual”, constató Benedicto XVI recientemente durante la audiencia general. Son muchos los prejuicios existentes sobre Dios, propios de una creencia pre-evangelizada, quizás natural al ser humano (es decir, conceptos que se tienen de Dios sin conocer la revelación que Él hace de sí mismo) según la cual Dios habría de responder a nuestras peticiones y debería gobernar al mundo. Ante el Dios verdadero revelado en Cristo que no responde a estas expectativas humanas, el hombre muchas veces opta por negar a Dios y prescindir de Él, pensando que no existe.
No es que no exista Dios, lo que no existe es el dios del prejuicio albergado por muchos seres humanos; lo que no existe son los mitos sobre Dios creídos o pensados por muchos, incluso por cristianos pese a tratarse de imágenes de Dios radicalmente distintas a la manifestada por Cristo, desmentidas directamente por su vida y sus palabras. Es de esa imagen insustentable -y refutada por los hechos constatables de la vida cotidiana- de la que se apartan muchos de nuestros contemporáneos. No existe esa caricatura de Dios, a veces ridícula, que es la única que se ha presentado a muchos y que les ha parecido inaceptable o hasta chocante, que sin embargo es la que viven y manifiestan muchos cristianos.
Claro que no se puede creer en Dios gratuitamente, sólo porque otro lo diga; claro que no podemos quedar en una fe ciega, sin cimiento alguno; esto sería temerario, tanto como cualquier creencia sin fundamento. Ponerse a creer en algo nada más que porque sí o simplemente porque lo dice alguien puede ser muy peligroso, pues hay mucha mentira en el aire. Cuántas creencias absurdas y totalmente irracionales son pura invención humana; muchas veces salen de personas sin escrúpulos que únicamente piensan en su bolsillo o en su poder sobre los demás, por lo que quieren vendernos ídolos de todo tipo que son falsos remedios.
La fe cristiana tiene un fundamento y una revelación histórica; está cimentada en las experiencias de Dios de muchos siglos; desde los patriarcas y profetas en el nacimiento y crecimiento de un pueblo con el que Dios se fue revelando durante siglos, entrando en la historia y acompañándolo, hasta la manifestación más plena y perfecta en Cristo. Totalmente diferente de la absurda fe en ídolos o supersticiones inventadas por hombres, como la “santa muerte”, por ejemplo, o como la fe en unas piedras, velas, horóscopos y tantas creencias sin bases de ningún tipo, sin el sustento de verdaderas experiencias.
“¿Cómo invocarán a aquél en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquél de quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? Y ¿cómo predicarán si no son enviados?... Por lo tanto, la fe viene de la predicación y la predicación por la Palabra de Cristo” (Rom 10, 14ss)
Creer en Dios no es como creer si existen o no los extraterrestres. Cada uno puede tener una opinión, unos serán dados a creer y otros a no creer, pero sus opiniones son irrelevantes, sin base alguna; la fe cristiana no tiene nada que ver con este tipo de fe, pues creer así en Dios tampoco nos serviría para nada. Una fe sin conocimiento y sin experiencia no puede afectar a nuestra vida, ni nos puede salvar ya que no nos da la comunión con Dios. La fe sin obras está muerta y no puedo tener fe con obras de Dios sin tener experiencia de Dios, sin ser guiado por el Espíritu y sin experimentar su acción amorosa y poderosa, sin sentirme seducido por Dios hasta querer dar la vida por Él (no sólo muriendo, sino dándole la vida de cada día). De Dios conocemos lo que experimentamos. Hemos de experimentarlo para poder cimentar nuestra vida y nuestra fe en Él, pues sin ello habríamos creído en vano, nos dice San Pablo (1Co 15,2) ya que sin obras tendríamos una fe estéril.
Para creer en Dios necesitamos una experiencia de encuentro con Él, necesitamos conocerle no teórica sino vivencialmente, y esto no se da si no es por medio de la comunidad eclesial. Es un don que se recibe por medio de los instrumentos en los que Dios sigue vivo y actuando, dándose y haciendo el bien. La fe viene por el oído, por la predicación de la palabra de Dios que recibimos de los apóstoles de hoy -sean laicos o consagrados- que hablan en su nombre y hacen posible la acción del Espíritu que toca el corazón. Solamente Él proporciona una experiencia que produce un cambio radical y medular, no simplemente cosmético. La experiencia de Dios –que procede de la escucha y práctica de su Palabra- nos abre a la fe, y por ella le dejamos vivir a Dios en nosotros, nos dejamos iluminar y guiar por Él, pues su amor nos seduce y marca nuestra vida, nos capacita para amar como Él.
Por tanto, la fe, no es algo puramente teórico. No es algo que puedo perder si me dijeran algo, sea lo que sea. Si tuviera una fe teórica, sustentada en lo que otros dicen, podría perderla si luego dijeran otra cosa; como los que pierden la fe porque oyen decir que aquél milagro fue un fraude, o que un sacerdote dijo que no sucedió así tal o cual milagro… En cambio una fe bien cimentada en la experiencia, aunque descubrieran datos “contrarios” al evangelio, aunque dijeran que no fue así, etc., no podría tambalearnos, pues no podemos negar lo que hemos visto y oído.
¿Qué formas de creer has conocido?
¿Cuál crees que debe ser nuestro modo de creer en Dios para que nos lleve a una verdadera vivencia de la Palabra y una vida nueva en Cristo? ¿Qué necesitamos para ello?
¿Qué ideas erróneas has conocido sobre la fe?
¿Puede llegar a creer una persona sola, estudiando conceptos y teorías sobre Dios? ¿Puede un teólogo conocer muy bien todo sobre Dios y no tener fe? ¿De dónde viene la fe, cómo proporcionarla, facilitarla o suscitarla?
viernes, 5 de junio de 2009
FE- FETICHISMO
DIFERENCIAR FE DE FETICHISMO
Creo que muchos son los católicos que aún no conocen esta distinción, pues recurren a la Iglesia y a la oración con la misma intención que otros acuden a un amuleto o a buscar una hierba de la buena suerte. Es decir centrados en su propio EGO y en busca del propio bienestar por encima de cualquier otro valor.
Esto habla de un significativo desconocimiento de Jesús y de la revelación que Él hace de Dios. Creo que ésta es la raíz de esa fe fetichista y que tendría muchas consecuencias lamentables, algunas de las cuales menciono a continuación:
- En lugar de dejar a Dios ser Dios y Señor, tomando la posición de hijo querido que escucha y practica, se invierten los papeles y se pone uno como si fuera Dios a hablar y pedir, esperando que Dios escuche y obedezca las peticiones egocéntricas.
- Muchos tienen nociones pre-evangelizadas de Dios, es decir sin conocimiento de la revelación que Él hizo de sí mismo; de ahí tantas ideas erróneas y prejuicios de Dios: un Dios que gobierna el universo y que, por ello, todo está como Él quiere; un Dios que ha de escucharnos y responder a nuestros pedidos y ha de encargarse de aplacar el mal. Desconociendo el Dios revelado en Cristo que nos envía a nosotros a esa misión y que reina tan sólo en quien le deja reinar.
- O sea que en lugar de decir “habla Señor que tu siervo escucha”, o como el Hijo “aquí estoy para hacer tu voluntad”, le dirá “escucha Señor que yo hablo y tú estás para hacer mi voluntad”. No quieren saber lo que les pide Dios, sólo quieren ser escuchados, sin saber que mucho de lo que le piden a Dios es lo que Dios les pidió a ellos, y otro tanto de lo que piden ya se los dio por medio de la Palabra y del Espíritu, pero no lo quisieron conocer ni acoger.
- Desconocen que ya Dios les dio inteligencia y personas para ayudarles a construir el Reino de amor y a conseguir todo lo que tanto anhelan.
- Con toda razón muchos autores conocidos criticaron la religión como opio del pueblo, como consolación de ignorantes o como evasión que nos lleva a no luchar ni comprometernos con la realidad. Nada que ver estas nociones con las vividas y enseñadas por Jesús, aunque lamentablemente muchos cristianos aún en la actualidad, dan motivos para que otros se alejen de Dios, por esa mala vivencia de la fe, como simple evasión o refugio.
- Se siguen dando motivos a muchos para alejarse de Dios por tantas incongruencias y errores que claman al cielo: la persona que pone en manos de Dios lo que Dios quiso poner en las nuestras, para así desentenderse del compromiso por el bien de los demás; la madre que pide que su hijo se libre de la droga sin hacer nada más para conseguirlo, como si le pudiera Dios meter en la boca la comida a uno que no la abre; la que piensa que no se mueve una hoja sin la voluntad de Dios, mostrando así un Dios malvado, porque hace muchas cosas mal ya que muchas hojas y personas se mueven de modo fatal en este mundo.
- Tanta gente que desde su desconocimiento de Dios no acude a Él si no es para pedirle, y no espera de Él nada más que su propio beneficio, sin liberarse así del egocentrismo ni aprender a amar, que es el mayor tesoro que Jesús vino a darnos.
- Tantos juicios erróneos de Dios que llevan a muchos a alejarse de Él, pensando que Dios es amante del sufrimiento y sacrificio, y enemigo de la felicidad y bienestar humano; pensando que se tiene que ser crédulo de ideas irracionales, sin fundamento alguno en la experiencia; creyendo que se trata de ideas inventadas, según manifiestan muchas películas novelescas que buscan desprestigiar a la iglesia y alejar a la gente de ella,…
Así damos motivos para que mucha gente se aleje de Dios, por causa del Dios esperpéntico que muchos viven y enseñan con ideas tan desafortunadas como las que acabo de referir, entre otras muchas.
¿Conoces a alguien que viva esa fe sin conocimiento de Dios? ¿Alguien que sólo quiera Dios para su buena suerte y su propio bienestar? ¿Alguien que culpe a Dios de las desgracias? ¿Qué les dirías? ¿Qué les falta? ¿Qué podríamos hacer?
¿Qué consecuencias crees que pueden tener las personas con esa fe sin conocimiento de Dios ni escucha a Él? ¿Qué podríamos proponerles?
Creo que muchos son los católicos que aún no conocen esta distinción, pues recurren a la Iglesia y a la oración con la misma intención que otros acuden a un amuleto o a buscar una hierba de la buena suerte. Es decir centrados en su propio EGO y en busca del propio bienestar por encima de cualquier otro valor.
Esto habla de un significativo desconocimiento de Jesús y de la revelación que Él hace de Dios. Creo que ésta es la raíz de esa fe fetichista y que tendría muchas consecuencias lamentables, algunas de las cuales menciono a continuación:
- En lugar de dejar a Dios ser Dios y Señor, tomando la posición de hijo querido que escucha y practica, se invierten los papeles y se pone uno como si fuera Dios a hablar y pedir, esperando que Dios escuche y obedezca las peticiones egocéntricas.
- Muchos tienen nociones pre-evangelizadas de Dios, es decir sin conocimiento de la revelación que Él hizo de sí mismo; de ahí tantas ideas erróneas y prejuicios de Dios: un Dios que gobierna el universo y que, por ello, todo está como Él quiere; un Dios que ha de escucharnos y responder a nuestros pedidos y ha de encargarse de aplacar el mal. Desconociendo el Dios revelado en Cristo que nos envía a nosotros a esa misión y que reina tan sólo en quien le deja reinar.
- O sea que en lugar de decir “habla Señor que tu siervo escucha”, o como el Hijo “aquí estoy para hacer tu voluntad”, le dirá “escucha Señor que yo hablo y tú estás para hacer mi voluntad”. No quieren saber lo que les pide Dios, sólo quieren ser escuchados, sin saber que mucho de lo que le piden a Dios es lo que Dios les pidió a ellos, y otro tanto de lo que piden ya se los dio por medio de la Palabra y del Espíritu, pero no lo quisieron conocer ni acoger.
- Desconocen que ya Dios les dio inteligencia y personas para ayudarles a construir el Reino de amor y a conseguir todo lo que tanto anhelan.
- Con toda razón muchos autores conocidos criticaron la religión como opio del pueblo, como consolación de ignorantes o como evasión que nos lleva a no luchar ni comprometernos con la realidad. Nada que ver estas nociones con las vividas y enseñadas por Jesús, aunque lamentablemente muchos cristianos aún en la actualidad, dan motivos para que otros se alejen de Dios, por esa mala vivencia de la fe, como simple evasión o refugio.
- Se siguen dando motivos a muchos para alejarse de Dios por tantas incongruencias y errores que claman al cielo: la persona que pone en manos de Dios lo que Dios quiso poner en las nuestras, para así desentenderse del compromiso por el bien de los demás; la madre que pide que su hijo se libre de la droga sin hacer nada más para conseguirlo, como si le pudiera Dios meter en la boca la comida a uno que no la abre; la que piensa que no se mueve una hoja sin la voluntad de Dios, mostrando así un Dios malvado, porque hace muchas cosas mal ya que muchas hojas y personas se mueven de modo fatal en este mundo.
- Tanta gente que desde su desconocimiento de Dios no acude a Él si no es para pedirle, y no espera de Él nada más que su propio beneficio, sin liberarse así del egocentrismo ni aprender a amar, que es el mayor tesoro que Jesús vino a darnos.
- Tantos juicios erróneos de Dios que llevan a muchos a alejarse de Él, pensando que Dios es amante del sufrimiento y sacrificio, y enemigo de la felicidad y bienestar humano; pensando que se tiene que ser crédulo de ideas irracionales, sin fundamento alguno en la experiencia; creyendo que se trata de ideas inventadas, según manifiestan muchas películas novelescas que buscan desprestigiar a la iglesia y alejar a la gente de ella,…
Así damos motivos para que mucha gente se aleje de Dios, por causa del Dios esperpéntico que muchos viven y enseñan con ideas tan desafortunadas como las que acabo de referir, entre otras muchas.
¿Conoces a alguien que viva esa fe sin conocimiento de Dios? ¿Alguien que sólo quiera Dios para su buena suerte y su propio bienestar? ¿Alguien que culpe a Dios de las desgracias? ¿Qué les dirías? ¿Qué les falta? ¿Qué podríamos hacer?
¿Qué consecuencias crees que pueden tener las personas con esa fe sin conocimiento de Dios ni escucha a Él? ¿Qué podríamos proponerles?
jueves, 21 de mayo de 2009
BIBLIA
ERRORES DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA
Es un tema en el que considero importante profundizar más y más, pues lamentablemente es un error bastante frecuente entre los cristianos en general, tanto en no católicos como también entre católicos. Esto se debe tal vez a la poca formación recibida sobre la interpretación correcta de la Biblia, pues incluso hasta hace poco era totalmente desconocida e incluso no se recomendaba su lectura, tal vez justamente para evitar los errores de interpretación que se pueden cometer si no se tiene una adecuada formación al respecto. Al comenzar a aconsejarse la lectura bíblica después del Concilio Vaticano II, naturalmente han cundido las malas interpretaciones y fundamentalismos, como había sucedido desde antes en grupos de hermanos separados, que recomendaban a todos esta lectura anteriormente.
Se trata, pues, de un gran reto a superar y considero que de suma importancia, pues como decía San Jerónimo, desconocer la Escritura es desconocer a Cristo. Algo aún demasiado frecuente entre los católicos, el desconocimiento del Dios revelado en Cristo, pues sigue teniendo más fuerza una visión de Dios sin la luz plena de la Escritura que da sentido a la cruz, enfermedad y muerte, mientras muchos católicos siguen apegados a buscar el propio interés humano, incluso renegando de Dios ante la cruz de cada día, de la que quieren librarse a toda costa, lo que prueba el desconocimiento de la Revelación en Cristo. Esto sucede tanto por el desconocimiento de la Escritura, como por la mala interpretación literalista que se hace de ella. Justamente es el problema que se quiere atajar con el reciente Sínodo sobre la Palabra de Dios, del que surge el documento que quiere ayudarnos a entender mejor la Escritura para evitar las frecuentes malas interpretaciones.
Urge una lectura bíblica libre de fundamentalismo, esto es que no se interprete sin criterio, de modo simplista, literalmente, pues todo tiene un contexto y una razón, por lo que no se puede trasponer al pie de la letra lo que se dijo hace siglos a una persona concreta, al hoy y a todos, como suele interpretarse erróneamente con frecuencia. La Biblia no es un libro caído del cielo con verdades universales. Tiene origen humano y contextual, en una época y lugar, con criterios de la cultura en la que surge, llena de errores y aciertos, como todas. La verdad divina hay que entresacarla del espíritu global de la misma; se puede decir que está entre las líneas, más allá de lo expresado literalmente que siempre es contextual, y por tanto no tiene validez para toda persona de cualquier época. Saber qué lección nos da cada texto bíblico requiere captar el espíritu que hay detrás de la letra, y no pretender nunca que nos hable a nosotros literalmente un texto.
El mismo San Pablo que dice “…no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (cf. Ga 2, 20) también dirá en otra ocasión: “Realmente mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco,... ya no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí” (cf. Rm 7, 15-20). Es decir lo que expresó San Pablo en un momento no le pareció válido en otro, pues otras experiencias le hicieron expresar todo lo contrario. Es muy normal; todos pasamos momentos distintos en la vida; pero esto puede indicarnos una lección importante sobre la lectura bíblica: nunca hemos de leer de modo fundamentalista, absolutizando una frase sacada de contexto, pues tiene que ver con un momento determinado, como también vemos en las diversas decisiones que tomó Pablo en el trascurso de su vida.
Por ello, podríamos decir que lo que se expresa es muchas veces motivado por experiencias puntuales y tal vez adecuado para unos momentos y personas, y no para otros. Como sucede más claramente aun cuando abrimos el libro de los salmos; cada uno refleja una situación distinta del salmista; los salmos pueden expresar realidades que no tienen nada que ver con nuestra vida. Puedo estar feliz y entusiasmado y leer un salmo que expresa la súplica deprimida de un moribundo, o la súplica para vencer a los enemigos en la batalla. Se puede orar en estos casos por los que se encuentran en esta situación, con los que formamos un solo cuerpo, y siendo como la boca que pide por ellos.
De nada me serviría leerlo sin la visión global y el espíritu que recibimos del conocimiento de Dios a través de toda la Biblia. No podemos entonces tomar parcialmente textos, como se suele hacer para fundamentar lo que se quiere. Como un fundador que para justificar que los miembros de su comunidad debían trabajar para sostenerse incluyó en los estatutos la frase de Pablo: “Trabajé con el sudor de mi frente para ganarme el pan, para no serle gravoso a nadie”. Pero llegó un día que quiso que dejasen de trabajar para el sustento, pues prefirió una dedicación exclusiva a la predicación y pidió a todos tachar aquella cita y cambiarla por otras citas de confianza en la providencia.
¿Será que solamente si expresa el apóstol Pablo que puede vivir del Evangelio, podemos nosotros, y si él no lo expresara no podríamos? No necesitamos una frase bíblica para fundamentar cada paso que damos. Basta conocer el Espíritu del Evangelio para poder discernir si algo de lo que hacemos está de acuerdo a su voluntad o es contrario. Hay muchas cuestiones hoy de las que no dice la Biblia ni una palabra, pues ni existían entonces. No podemos anexar una frase bíblica sobre los preservativos ni sobre las tecnologías modernas.
Pablo vivió guiado por el Espíritu como hemos de hacer nosotros hoy. Unas veces hablaba de manera más exigente y otras más suavemente, según consideraba oportuno en cada momento para sus destinatarios, como también hizo Jesús. A veces persuade con bondad y mansedumbre y otras prefirió hablarles más duro y radical para ver si así abrían los ojos. El racionalismo excesivo, que quiere encasillar todo, podría hacernos caer en el error de pensar que una forma es la correcta y la otra es pecado, que de un modo está bien y del otro mal.
Estos encasillamientos no se pueden hacer ya que la realidad es más compleja que eso, por lo que la voluntad de Dios, como la humana, no es rígida e inflexible, ni siempre la misma para todos. Cada persona, según su capacidad y respuesta tendrá una llamada de Dios, y también puede variar en cada etapa o momento de la vida. Habrá casos en que se requiera hablar de un modo y otras veces será más conveniente de otra forma, según requiera cada uno. No a todos se les puede pedir lo mismo, ni se les puede hablar igual, ni todos tienen las mismas capacidades. Así vemos a Dios adaptarse a los hombres de cada época en el trascurso de los siglos de la revelación.
El mismo San Pablo quiso trabajar un tiempo para sostenerse y en otra etapa consideró mejor dejar todo trabajo para dedicarse por entero a la predicación, como también sucedió con los doce (cf. Hch 6,2-4). En un momento quiso predicar a los judíos en las sinagogas, y en otro se hartó de su dureza y quiso dedicarse a los paganos; en un tiempo iba a misionar con uno, en otro solo o con otros. Esto para decir que no hemos de ser tan simplistas y tomar textos al pie de la letra, pues lo que es oportuno en un momento puede no serlo en otro.
Sin embargo aún hoy considero que hay mucho fundamentalismo, dentro de nuestra Iglesia, queriendo etiquetar todo, juzgando -como sólo Dios puede hacerlo- lo bueno y lo malo, a veces sacando frases bíblicas de contexto, para fundamentar lo que se quiere. Como vemos también en cantidad de sectas de hoy, diciendo cosas tan distintas y todas supuestamente basadas en la misma Biblia, a la que se hace decir lo que se quiere, por ese atrevimiento para interpretar de modo tan superficial como temerario, sin la luz del Espíritu y de la globalidad del mensaje cristiano, y sin la luz de la Tradición de la Iglesia que es básica para poder entender la Palabra.
Ya mencioné por ejemplo que hoy comemos carne de animales estrangulados, prohibida por los apóstoles en el primer concilio de Jerusalén y que poco después se dieron cuenta de que tampoco esto era necesario. Necesitamos la Tradición para no caer en lecturas inadecuadas o literalismos que en vez de acercarnos a la voluntad de Dios nos alejan, por quedar anclados en lo que se dijo en periodos concretos y anteriores o para situaciones determinadas.
Hay que entender, pues, con amplitud de miras, con criterio para distinguir lo contextual y propio de la mentalidad particular de la época, y así extraer el mensaje de Dios de lo que se subraya y enfatiza constantemente. Comprendamos que los apóstoles dialogaban con Dios para discernir su voluntad en cada momento, para cada situación a enfrentar. Del mismo modo habremos de hacer nosotros, sin cometer el error de tomar la Biblia como recetario y pretender trasponer lo que allí se dijo o se hizo al hoy que es totalmente distinto.
¿Crees que has hecho alguna vez una lectura literalista de la Biblia, es decir, quedándote más en la letra que en el espíritu? ¿Cómo se puede evitar este error?
Hay miles de cuestiones de la vida cotidiana de las que no nos habla la Biblia, pues muchas cosas y situaciones de hoy, no existían entonces (anticonceptivos, vehículos, teléfonos…) ¿Cómo discernir la voluntad de Dios hoy para tantas decisiones que hemos de tomar a diario y de las que la Biblia no nos habla directamente? ¿Cómo saber lo que quiere Dios?
Es un tema en el que considero importante profundizar más y más, pues lamentablemente es un error bastante frecuente entre los cristianos en general, tanto en no católicos como también entre católicos. Esto se debe tal vez a la poca formación recibida sobre la interpretación correcta de la Biblia, pues incluso hasta hace poco era totalmente desconocida e incluso no se recomendaba su lectura, tal vez justamente para evitar los errores de interpretación que se pueden cometer si no se tiene una adecuada formación al respecto. Al comenzar a aconsejarse la lectura bíblica después del Concilio Vaticano II, naturalmente han cundido las malas interpretaciones y fundamentalismos, como había sucedido desde antes en grupos de hermanos separados, que recomendaban a todos esta lectura anteriormente.
Se trata, pues, de un gran reto a superar y considero que de suma importancia, pues como decía San Jerónimo, desconocer la Escritura es desconocer a Cristo. Algo aún demasiado frecuente entre los católicos, el desconocimiento del Dios revelado en Cristo, pues sigue teniendo más fuerza una visión de Dios sin la luz plena de la Escritura que da sentido a la cruz, enfermedad y muerte, mientras muchos católicos siguen apegados a buscar el propio interés humano, incluso renegando de Dios ante la cruz de cada día, de la que quieren librarse a toda costa, lo que prueba el desconocimiento de la Revelación en Cristo. Esto sucede tanto por el desconocimiento de la Escritura, como por la mala interpretación literalista que se hace de ella. Justamente es el problema que se quiere atajar con el reciente Sínodo sobre la Palabra de Dios, del que surge el documento que quiere ayudarnos a entender mejor la Escritura para evitar las frecuentes malas interpretaciones.
Urge una lectura bíblica libre de fundamentalismo, esto es que no se interprete sin criterio, de modo simplista, literalmente, pues todo tiene un contexto y una razón, por lo que no se puede trasponer al pie de la letra lo que se dijo hace siglos a una persona concreta, al hoy y a todos, como suele interpretarse erróneamente con frecuencia. La Biblia no es un libro caído del cielo con verdades universales. Tiene origen humano y contextual, en una época y lugar, con criterios de la cultura en la que surge, llena de errores y aciertos, como todas. La verdad divina hay que entresacarla del espíritu global de la misma; se puede decir que está entre las líneas, más allá de lo expresado literalmente que siempre es contextual, y por tanto no tiene validez para toda persona de cualquier época. Saber qué lección nos da cada texto bíblico requiere captar el espíritu que hay detrás de la letra, y no pretender nunca que nos hable a nosotros literalmente un texto.
El mismo San Pablo que dice “…no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (cf. Ga 2, 20) también dirá en otra ocasión: “Realmente mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco,... ya no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí” (cf. Rm 7, 15-20). Es decir lo que expresó San Pablo en un momento no le pareció válido en otro, pues otras experiencias le hicieron expresar todo lo contrario. Es muy normal; todos pasamos momentos distintos en la vida; pero esto puede indicarnos una lección importante sobre la lectura bíblica: nunca hemos de leer de modo fundamentalista, absolutizando una frase sacada de contexto, pues tiene que ver con un momento determinado, como también vemos en las diversas decisiones que tomó Pablo en el trascurso de su vida.
Por ello, podríamos decir que lo que se expresa es muchas veces motivado por experiencias puntuales y tal vez adecuado para unos momentos y personas, y no para otros. Como sucede más claramente aun cuando abrimos el libro de los salmos; cada uno refleja una situación distinta del salmista; los salmos pueden expresar realidades que no tienen nada que ver con nuestra vida. Puedo estar feliz y entusiasmado y leer un salmo que expresa la súplica deprimida de un moribundo, o la súplica para vencer a los enemigos en la batalla. Se puede orar en estos casos por los que se encuentran en esta situación, con los que formamos un solo cuerpo, y siendo como la boca que pide por ellos.
De nada me serviría leerlo sin la visión global y el espíritu que recibimos del conocimiento de Dios a través de toda la Biblia. No podemos entonces tomar parcialmente textos, como se suele hacer para fundamentar lo que se quiere. Como un fundador que para justificar que los miembros de su comunidad debían trabajar para sostenerse incluyó en los estatutos la frase de Pablo: “Trabajé con el sudor de mi frente para ganarme el pan, para no serle gravoso a nadie”. Pero llegó un día que quiso que dejasen de trabajar para el sustento, pues prefirió una dedicación exclusiva a la predicación y pidió a todos tachar aquella cita y cambiarla por otras citas de confianza en la providencia.
¿Será que solamente si expresa el apóstol Pablo que puede vivir del Evangelio, podemos nosotros, y si él no lo expresara no podríamos? No necesitamos una frase bíblica para fundamentar cada paso que damos. Basta conocer el Espíritu del Evangelio para poder discernir si algo de lo que hacemos está de acuerdo a su voluntad o es contrario. Hay muchas cuestiones hoy de las que no dice la Biblia ni una palabra, pues ni existían entonces. No podemos anexar una frase bíblica sobre los preservativos ni sobre las tecnologías modernas.
Pablo vivió guiado por el Espíritu como hemos de hacer nosotros hoy. Unas veces hablaba de manera más exigente y otras más suavemente, según consideraba oportuno en cada momento para sus destinatarios, como también hizo Jesús. A veces persuade con bondad y mansedumbre y otras prefirió hablarles más duro y radical para ver si así abrían los ojos. El racionalismo excesivo, que quiere encasillar todo, podría hacernos caer en el error de pensar que una forma es la correcta y la otra es pecado, que de un modo está bien y del otro mal.
Estos encasillamientos no se pueden hacer ya que la realidad es más compleja que eso, por lo que la voluntad de Dios, como la humana, no es rígida e inflexible, ni siempre la misma para todos. Cada persona, según su capacidad y respuesta tendrá una llamada de Dios, y también puede variar en cada etapa o momento de la vida. Habrá casos en que se requiera hablar de un modo y otras veces será más conveniente de otra forma, según requiera cada uno. No a todos se les puede pedir lo mismo, ni se les puede hablar igual, ni todos tienen las mismas capacidades. Así vemos a Dios adaptarse a los hombres de cada época en el trascurso de los siglos de la revelación.
El mismo San Pablo quiso trabajar un tiempo para sostenerse y en otra etapa consideró mejor dejar todo trabajo para dedicarse por entero a la predicación, como también sucedió con los doce (cf. Hch 6,2-4). En un momento quiso predicar a los judíos en las sinagogas, y en otro se hartó de su dureza y quiso dedicarse a los paganos; en un tiempo iba a misionar con uno, en otro solo o con otros. Esto para decir que no hemos de ser tan simplistas y tomar textos al pie de la letra, pues lo que es oportuno en un momento puede no serlo en otro.
Sin embargo aún hoy considero que hay mucho fundamentalismo, dentro de nuestra Iglesia, queriendo etiquetar todo, juzgando -como sólo Dios puede hacerlo- lo bueno y lo malo, a veces sacando frases bíblicas de contexto, para fundamentar lo que se quiere. Como vemos también en cantidad de sectas de hoy, diciendo cosas tan distintas y todas supuestamente basadas en la misma Biblia, a la que se hace decir lo que se quiere, por ese atrevimiento para interpretar de modo tan superficial como temerario, sin la luz del Espíritu y de la globalidad del mensaje cristiano, y sin la luz de la Tradición de la Iglesia que es básica para poder entender la Palabra.
Ya mencioné por ejemplo que hoy comemos carne de animales estrangulados, prohibida por los apóstoles en el primer concilio de Jerusalén y que poco después se dieron cuenta de que tampoco esto era necesario. Necesitamos la Tradición para no caer en lecturas inadecuadas o literalismos que en vez de acercarnos a la voluntad de Dios nos alejan, por quedar anclados en lo que se dijo en periodos concretos y anteriores o para situaciones determinadas.
Hay que entender, pues, con amplitud de miras, con criterio para distinguir lo contextual y propio de la mentalidad particular de la época, y así extraer el mensaje de Dios de lo que se subraya y enfatiza constantemente. Comprendamos que los apóstoles dialogaban con Dios para discernir su voluntad en cada momento, para cada situación a enfrentar. Del mismo modo habremos de hacer nosotros, sin cometer el error de tomar la Biblia como recetario y pretender trasponer lo que allí se dijo o se hizo al hoy que es totalmente distinto.
¿Crees que has hecho alguna vez una lectura literalista de la Biblia, es decir, quedándote más en la letra que en el espíritu? ¿Cómo se puede evitar este error?
Hay miles de cuestiones de la vida cotidiana de las que no nos habla la Biblia, pues muchas cosas y situaciones de hoy, no existían entonces (anticonceptivos, vehículos, teléfonos…) ¿Cómo discernir la voluntad de Dios hoy para tantas decisiones que hemos de tomar a diario y de las que la Biblia no nos habla directamente? ¿Cómo saber lo que quiere Dios?
sábado, 2 de mayo de 2009
PROBLEMAS CON SABIDURÍA
COLGANDO LOS PROBLEMAS
Había contratado a un carpintero, para ayudarme a reparar una vieja granja; el primer día de trabajo fue muy pesado y difícil, pues todo le salió mal: Su cortadora eléctrica se dañó, lo hizo perder una hora de trabajo, y para colmo, su viejo camión no quiso arrancar.
Decidí llevarlo en mi coche a su casa, y mientras lo llevaba, se sentó en silencio, triste y enojado. Cuando llegamos, me invitó a conocer su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando la punta de las ramas con ambas manos.
Cuando su esposa abrió una puerta, ocurrió una transformación sorprendente. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Me presentó con alegría a toda su familia y después me acompañó hasta el coche.
Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había hecho un rato antes. - "Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó. "Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego mañana los recojo otra vez".
"Lo bueno es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".
Había contratado a un carpintero, para ayudarme a reparar una vieja granja; el primer día de trabajo fue muy pesado y difícil, pues todo le salió mal: Su cortadora eléctrica se dañó, lo hizo perder una hora de trabajo, y para colmo, su viejo camión no quiso arrancar.
Decidí llevarlo en mi coche a su casa, y mientras lo llevaba, se sentó en silencio, triste y enojado. Cuando llegamos, me invitó a conocer su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando la punta de las ramas con ambas manos.
Cuando su esposa abrió una puerta, ocurrió una transformación sorprendente. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Me presentó con alegría a toda su familia y después me acompañó hasta el coche.
Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había hecho un rato antes. - "Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó. "Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego mañana los recojo otra vez".
"Lo bueno es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".
jueves, 16 de abril de 2009
RELIGIOSIDAD ERRÓNEA III
Religión servilista. Así vivida por personas que ante la absolutización de un Dios juez y guía, viven su religión como una sumisión irresponsable que les anula y les priva de su propia capacidad de decidir y de realizarse como personas felices. Viven su fe como sumisión, debilidad y temor. Les vuelve miedosos, cobardes y sin confianza en la razón. Más como esclavitud que como libertad, más de siervo que de amigo.
Religiosidad ignorante, del que no conoce a Dios ni lo quiere conocer, prefiere quedarse con su prejuicio natural de un Dios que todo lo puede y que nos hace favores, para pedirle todo lo que se quiere. No quiere saber más de Dios, ni de lo que pide o dice ni de cómo se revela ni de cuál es su plan de salvación,... Le da igual cómo es o si se reveló o no; no le interesa saber nada, sólo quiere ser escuchado por Él en sus pedidos. Es una religión no liberadora ni sanadora, no plenifica ni da el fruto que daría una verdadera fe. Es equiparable a cualquier superstición pagana, en la busca egocéntrica de la buena suerte y fortuna, que es lo único que busca; se quiere servir de “dios” sólo para el propio beneficio, lo que acaba siendo un perjuicio.
Dios de bolsillo. Hacen a Dios a su medida personal, en vez de esforzarse por amoldarse a lo que Dios pide. Quieren un Dios que se identifique en todo con su propia mentalidad, en vez de esforzarse por acoger la de Dios. Así no pueden ni quieren cambiar, ni dejan a Dios ser Dios en sus vidas, pues se endiosaron a sí mismos, sin dejar que Dios les guíe.
Un Dios genio de la lámpara, de quien solamente quiere a Dios para tener buena suerte. Es muy común en tantas personas que ponen imágenes religiosas en vehículos o negocios, para que les vaya bien y nada más. No practican religión alguna. Por lo que esas imágenes son tratadas como simples amuletos para la buena suerte por estas personas supersticiosas. Y como es lógico, tienen mucho de las dos características anteriores: hacen con Dios lo que quieren, y son ignorantes de Él, sin interés por conocerlo.
Un Dios reducido a unas doctrinas, de las que se apropiaron unos “profesionales de la religión”, más afanados por enseñar esas doctrinas, de las que se hicieron expertos, que por vivirlas, como lamentaba Jesús de los mismos fariseos. Cuántos al frente de grupos religiosos son teóricos profesionales, que viven de la religión más que preocuparse por vivirla, creyendo que tienen a Dios en ese manojo de conceptos de catecismo, sin conciencia de que Dios excede con mucho a todo conocimiento y de que no podemos reducirlo a esos conceptos, ni mucho menos pretendernos dueños de la verdad, pues sólo podemos verla parcial y subjetivamente.
Religiosidad literalista, de los integristas o fundamentalistas que se quedan en la ley, más que en la gracia, en la letra que mata, más que en el espíritu que da Vida. Toman la biblia o las doctrinas eclesiales al pie de la letra, sin criterio alguno de discernimiento. Llegan así a hacer interpretaciones inadecuadas, pues sacan textos sueltos del contexto, sin importarles si es AT o NT, sin criterios de interpretación ni apertura a posturas distintas. Se hacen rigoristas.
Dios bombero. Así podemos llamar al dios de los que sólo se acuerdan de Él cuando están en apuros o con alguna necesidad. Sólo entonces piensan que Dios existe y recurren a Él. Cuando no hay problemas graves viven con total indiferencia a Dios, con autosuficiencia y totalmente al margen de Él.
Es claro que son características que podemos encontrar muchas de ellas en una sola persona o grupo, pues algunas están correlacionadas o son aspectos muy similares, pues unos pueden estar implicados en otros. Pero una buena formación cristiana, a la luz de la Palabra de Dios y de la razón e inteligencia humana, puede librarnos de estos errores que tanto daño hicieron a la gente por siglos y tanto daño hacen aún hoy a personas de la Iglesia, siendo también un estorbo para la buena propagación del Evangelio y de la vida nueva en Cristo.
Hay muchas alusiones aquí hechas a prácticas religiosas legítimas desde una fe bien entendida como hacer ayuno, peticiones a Dios, etc., pero eso mismo que puede hacerse correctamente y con auténtico sentido cristiano, puede también hacerse de modo erróneo y separarme más del plan de Dios en lugar de acercarme a Él.
¿Hay alguna de estas características con la que te has sentido un poco reflejado?
¿Has conocido a alguien que cometa algunos de estos errores? Piensa ejemplos. ¿Cuáles te parecen los errores más peligrosos o más comunes a evitar?
¿Qué consecuencias pueden tener estas ideas distorsionadas de Dios?
¿Qué te parece fundamental para vivir nuestra fe de modo adecuado?
Religiosidad ignorante, del que no conoce a Dios ni lo quiere conocer, prefiere quedarse con su prejuicio natural de un Dios que todo lo puede y que nos hace favores, para pedirle todo lo que se quiere. No quiere saber más de Dios, ni de lo que pide o dice ni de cómo se revela ni de cuál es su plan de salvación,... Le da igual cómo es o si se reveló o no; no le interesa saber nada, sólo quiere ser escuchado por Él en sus pedidos. Es una religión no liberadora ni sanadora, no plenifica ni da el fruto que daría una verdadera fe. Es equiparable a cualquier superstición pagana, en la busca egocéntrica de la buena suerte y fortuna, que es lo único que busca; se quiere servir de “dios” sólo para el propio beneficio, lo que acaba siendo un perjuicio.
Dios de bolsillo. Hacen a Dios a su medida personal, en vez de esforzarse por amoldarse a lo que Dios pide. Quieren un Dios que se identifique en todo con su propia mentalidad, en vez de esforzarse por acoger la de Dios. Así no pueden ni quieren cambiar, ni dejan a Dios ser Dios en sus vidas, pues se endiosaron a sí mismos, sin dejar que Dios les guíe.
Un Dios genio de la lámpara, de quien solamente quiere a Dios para tener buena suerte. Es muy común en tantas personas que ponen imágenes religiosas en vehículos o negocios, para que les vaya bien y nada más. No practican religión alguna. Por lo que esas imágenes son tratadas como simples amuletos para la buena suerte por estas personas supersticiosas. Y como es lógico, tienen mucho de las dos características anteriores: hacen con Dios lo que quieren, y son ignorantes de Él, sin interés por conocerlo.
Un Dios reducido a unas doctrinas, de las que se apropiaron unos “profesionales de la religión”, más afanados por enseñar esas doctrinas, de las que se hicieron expertos, que por vivirlas, como lamentaba Jesús de los mismos fariseos. Cuántos al frente de grupos religiosos son teóricos profesionales, que viven de la religión más que preocuparse por vivirla, creyendo que tienen a Dios en ese manojo de conceptos de catecismo, sin conciencia de que Dios excede con mucho a todo conocimiento y de que no podemos reducirlo a esos conceptos, ni mucho menos pretendernos dueños de la verdad, pues sólo podemos verla parcial y subjetivamente.
Religiosidad literalista, de los integristas o fundamentalistas que se quedan en la ley, más que en la gracia, en la letra que mata, más que en el espíritu que da Vida. Toman la biblia o las doctrinas eclesiales al pie de la letra, sin criterio alguno de discernimiento. Llegan así a hacer interpretaciones inadecuadas, pues sacan textos sueltos del contexto, sin importarles si es AT o NT, sin criterios de interpretación ni apertura a posturas distintas. Se hacen rigoristas.
Dios bombero. Así podemos llamar al dios de los que sólo se acuerdan de Él cuando están en apuros o con alguna necesidad. Sólo entonces piensan que Dios existe y recurren a Él. Cuando no hay problemas graves viven con total indiferencia a Dios, con autosuficiencia y totalmente al margen de Él.
Es claro que son características que podemos encontrar muchas de ellas en una sola persona o grupo, pues algunas están correlacionadas o son aspectos muy similares, pues unos pueden estar implicados en otros. Pero una buena formación cristiana, a la luz de la Palabra de Dios y de la razón e inteligencia humana, puede librarnos de estos errores que tanto daño hicieron a la gente por siglos y tanto daño hacen aún hoy a personas de la Iglesia, siendo también un estorbo para la buena propagación del Evangelio y de la vida nueva en Cristo.
Hay muchas alusiones aquí hechas a prácticas religiosas legítimas desde una fe bien entendida como hacer ayuno, peticiones a Dios, etc., pero eso mismo que puede hacerse correctamente y con auténtico sentido cristiano, puede también hacerse de modo erróneo y separarme más del plan de Dios en lugar de acercarme a Él.
¿Hay alguna de estas características con la que te has sentido un poco reflejado?
¿Has conocido a alguien que cometa algunos de estos errores? Piensa ejemplos. ¿Cuáles te parecen los errores más peligrosos o más comunes a evitar?
¿Qué consecuencias pueden tener estas ideas distorsionadas de Dios?
¿Qué te parece fundamental para vivir nuestra fe de modo adecuado?
lunes, 23 de marzo de 2009
Religiosidad errónea II
Religión, refugio de seguridad. Ve el mundo como malo, busca oasis, seguridad y refugio en la religión ante experiencias de frustración y fracaso en el mundo. Ve la religión como tabla de salvación haciéndose escrupuloso cumplidor de normas, no busca a Dios para una relación personal auténtica, ni por auténtico conocimiento de Dios y amor a Él, sino por decepción del mundo, al que sataniza y ve de mal en peor y del que prefiere huir.
Dios instrumento, o medio para la propia satisfacción y bienestar. En realidad sigue en la inmadurez y egocentrismo desde el que sólo le interesa su comodidad y satisfacción, para la cual Dios es un instrumento, tomando de Él solamente en la medida que le causa beneficio propio, y desechando lo que le exige renuncia y compromiso (autoengaño).
Credulidad absurda, ingenua, superficial, insustentable y ciega es la que muchos tienen al creer en cualquier devoción sin fundamento alguno; es una religiosidad acrítica, que deja entrar la mentira y el engaño con gran facilidad. Dan cabida en su fe a todas las corazonadas que quieren inventar o les parecen bonitas (con énfasis en lo emocional) sin rigor de conocimiento y sustentación. Aferrados a prejuicios e ideas irracionales y preconcebidas. Siempre abiertos a toda clase de creencias y manifestaciones “divinas” con total ingenuidad, siendo así una credulidad temeraria.
Fundamentalismo. Es otro modo de vivencia “patológica” de la religión por su postura rígida, inflexible, intolerante, que no da lugar al diálogo con ideas diferentes, pues se cree en posesión de la única verdad, por lo que los demás están mal. Exige e impone autoritariamente sus dogmas para que sean respetados por todos, entiendan o no, quieran o no, con obediencia ciega. Se postula como único camino de salvación.
Religiosidad sentimental, en la que la fe se reduce a un sentimiento y se vive solamente en busca de sentimientos bonitos, sin darle importancia a la vivencia de la Palabra de Dios, ni al conocimiento doctrinal, ni al compromiso, etc. Todo lo que se busca es sentir agradablemente, con luces, músicas, grupitos, lecturas, oraciones y temas bonitos, haciéndose dependientes de esta especie de “cuento de hadas” para sentirse bien y alejados de la realidad. Así se les hace fácil el cambio a iglesias sectarias si les gustan más, sin criterio alguno, sin importar doctrinas o veracidad.
Fanatismo religioso, es el que presentan las personas que no pueden hablar de otra cosa que no sea la religión, que viven obsesionadas con ese tema y condenan todo lo demás como malo. Quieren imponer su mentalidad a todos y a toda costa, a tiempo y a destiempo, de manera importuna; acaban por hacerla odiosa para todos los que los oyen y ganan más enemigos que amigos de esa “religión” que tratan de inculcar de modo impositivo y dictatorial.
Religión satanizadora (condenatoria) es la que vive mucha gente de religiosidad estricta que sataniza todo lo del mundo; más papistas que el Papa, son los que decía Jesús que ni entran ni dejan entrar, porque imponen cargas pesadas que ni ellos llevan. Así se la pasan condenando todo lo que hay: terapias alternativas, prácticas, bailes,... presentando una religión desagradable y difícil, presentando así el camino de Jesús más pesado que feliz y plenificante.
Angelismo. El hombre que busca un espiritualismo desencarnado, que opone y enfrenta a todo lo corpóreo y material como algo malo y enemigo de su realización espiritual anhelada. Su idea errónea del deber encubre o anula su ser lo que trae graves consecuencias a sus relaciones humanas. Tiene una idea caricaturizada de Dios.
Religión a la carta del que toma los elementos que le gustan de una religión y desecha los que no le gustan, normalmente desde la ignorancia casi total de la misma. Quiere unos elementos y no otros, perdiéndose de vivir los frutos de esa fe integral.
Religión sincrética donde podrían incluirse abundantes grupos y personas que mezclan aspectos religiosos de toda índole; pueden combinar elementos del catolicismo con otros del hinduismo, budismo o incluso con otras filosofías, santerías, creencias, esoterismo, etc., creando una mezcla que se convierte en una pseudo religión idolátrica y neopagana.
Dios instrumento, o medio para la propia satisfacción y bienestar. En realidad sigue en la inmadurez y egocentrismo desde el que sólo le interesa su comodidad y satisfacción, para la cual Dios es un instrumento, tomando de Él solamente en la medida que le causa beneficio propio, y desechando lo que le exige renuncia y compromiso (autoengaño).
Credulidad absurda, ingenua, superficial, insustentable y ciega es la que muchos tienen al creer en cualquier devoción sin fundamento alguno; es una religiosidad acrítica, que deja entrar la mentira y el engaño con gran facilidad. Dan cabida en su fe a todas las corazonadas que quieren inventar o les parecen bonitas (con énfasis en lo emocional) sin rigor de conocimiento y sustentación. Aferrados a prejuicios e ideas irracionales y preconcebidas. Siempre abiertos a toda clase de creencias y manifestaciones “divinas” con total ingenuidad, siendo así una credulidad temeraria.
Fundamentalismo. Es otro modo de vivencia “patológica” de la religión por su postura rígida, inflexible, intolerante, que no da lugar al diálogo con ideas diferentes, pues se cree en posesión de la única verdad, por lo que los demás están mal. Exige e impone autoritariamente sus dogmas para que sean respetados por todos, entiendan o no, quieran o no, con obediencia ciega. Se postula como único camino de salvación.
Religiosidad sentimental, en la que la fe se reduce a un sentimiento y se vive solamente en busca de sentimientos bonitos, sin darle importancia a la vivencia de la Palabra de Dios, ni al conocimiento doctrinal, ni al compromiso, etc. Todo lo que se busca es sentir agradablemente, con luces, músicas, grupitos, lecturas, oraciones y temas bonitos, haciéndose dependientes de esta especie de “cuento de hadas” para sentirse bien y alejados de la realidad. Así se les hace fácil el cambio a iglesias sectarias si les gustan más, sin criterio alguno, sin importar doctrinas o veracidad.
Fanatismo religioso, es el que presentan las personas que no pueden hablar de otra cosa que no sea la religión, que viven obsesionadas con ese tema y condenan todo lo demás como malo. Quieren imponer su mentalidad a todos y a toda costa, a tiempo y a destiempo, de manera importuna; acaban por hacerla odiosa para todos los que los oyen y ganan más enemigos que amigos de esa “religión” que tratan de inculcar de modo impositivo y dictatorial.
Religión satanizadora (condenatoria) es la que vive mucha gente de religiosidad estricta que sataniza todo lo del mundo; más papistas que el Papa, son los que decía Jesús que ni entran ni dejan entrar, porque imponen cargas pesadas que ni ellos llevan. Así se la pasan condenando todo lo que hay: terapias alternativas, prácticas, bailes,... presentando una religión desagradable y difícil, presentando así el camino de Jesús más pesado que feliz y plenificante.
Angelismo. El hombre que busca un espiritualismo desencarnado, que opone y enfrenta a todo lo corpóreo y material como algo malo y enemigo de su realización espiritual anhelada. Su idea errónea del deber encubre o anula su ser lo que trae graves consecuencias a sus relaciones humanas. Tiene una idea caricaturizada de Dios.
Religión a la carta del que toma los elementos que le gustan de una religión y desecha los que no le gustan, normalmente desde la ignorancia casi total de la misma. Quiere unos elementos y no otros, perdiéndose de vivir los frutos de esa fe integral.
Religión sincrética donde podrían incluirse abundantes grupos y personas que mezclan aspectos religiosos de toda índole; pueden combinar elementos del catolicismo con otros del hinduismo, budismo o incluso con otras filosofías, santerías, creencias, esoterismo, etc., creando una mezcla que se convierte en una pseudo religión idolátrica y neopagana.
sábado, 7 de marzo de 2009
RELIGIOSIDAD ERRÓNEA
La religión puede vivirse de manera sana, integradora, plenificante, como fuente de realización y felicidad, capacitadora de amor y convivencia fraterna o puede vivirse de manera contraria, como castrante y aniquiladora de valores humanos y personales, de manera patológica, por así decirlo de modo impreciso, pues no se trata de una patología propiamente dicha. A continuación cito algunas formas de lo que consideraría una mala vivencia de la fe, una religiosidad enfermiza o equivocada.
En mucha gente encontramos que prevalece una de estas formas de vivir la religión, pero también podemos encontrar la combinación de varios de los errores que presento a continuación, ya que algunas son muy similares o están correlacionadas. Aunque algunos casos pueden requerir de psicoterapia, en su mayoría será más sencillo y bastaría con una buena formación cristiana que modifique las ideas distorsionadas de Dios que hay detrás de esos modos equivocados de vivir la fe.
Religión opio del pueblo. Alienante. Cuando la religión aliena de la realidad en vez de impulsar a abrazarla y amarla, a comprometerse y entregarse. Una religión que aleja del compromiso y que se busca como evasión, sin madurez ni responsabilidad verdadera.
Religiosidad mágica. Dios- milagrero. Una religiosidad que busca soluciones mágicas y fáciles, que lleva a poner la esperanza en el golpe de suerte, equiparable a la falsa creencia de cualquier pagano en sus fetiches o supersticiones. En vez de comprometerse y buscar soluciones por cauces naturales y reales como nos pide Dios.
La religiosidad infantil que lleva a esperar de Dios lo que Dios espera de nosotros, a pedir a Dios lo que Dios nos pide a nosotros: la justicia, la solidaridad, el amor y la misericordia, la concordia, la tolerancia y la paz. La religiosidad que nos hace dependientes e inmaduros, en vez de astutos y capaces de comprometernos y luchar por lo que Dios nos pide luchar, con los medios e inteligencia que Él nos dio.
Religiosidad tonta del que tiene a Dios como un pobre tonto, frágil, a quien se ofende sin pretenderlo ni quererlo, por cualquier cosita, palabra o acto que se hizo voluntaria o involuntariamente, o por cualquier detalle insignificante.
Religión cultual, tenida como un culto al Dios misterio, como ignorando al Dios revelado por Cristo, al que hay que agradar con ritos sacerdotales para que esté contento, como haciéndole un favor y servicio a Él, porque le gustan esas ceremonias solemnes con vestiduras e inciensos. Igualmente rezan a cada santo sus oraciones como para no dejarlos descontentos. Hace énfasis en prácticas y ritos, en detalles secundarios, descuidando los valores esenciales de la vida misma.
Religión-castrante y represiva, del escrupuloso que cree que es siempre indigno, que siempre ofende a Dios, aun sin quererlo ni saberlo; para el que cualquier cosa es pecado y cree que a Dios se le agrada más con oraciones y sacrificios que con la vida evangélica, que le agrada más el sufrimiento humano que la felicidad, por lo que trata de sufrir ayunando, madrugando, con sacrificios, etc.
Religión por temor a la condenación, al infierno o al castigo. Tiene una idea medieval de Dios, a quien hay que agradar para no ser castigados y así trata de rezar compulsivamente toda clase de rezos y novenas con religiosa disciplina diaria, para poder librarse del castigo.
Religiosidad puramente teórica, que queda a nivel de ideas y totalmente al margen de la vivencia cotidiana, por lo cual deja de ser liberadora y causante de felicidad y realización, para ser un sombrero o barniz superficial que no afecta la vida.
Borreguismo, de quien vive la religión llevado por la masa, sin convicciones personales, como una veleta que le lleva el viento, según con quien se junta. Se deja llevar y manipular, no tiene identidad ni convicciones personales. Susceptible de pasar de un secta a otra, por diferentes que sean.
Rigorista que enfatiza la letra de la ley, las prohibiciones, se hace juez acusador, exigente, negativo, cumplidor fanático, sin importarle la humanidad o inhumanidad de ese cumplimiento (como los fariseos criticados por Jesús) aferrado al cumplimiento legal, obsesivo o hasta compulsivo, queriendo manipular así a Dios y sentir que lo tiene con él. Énfasis en lo doctrinal, lo ortodoxo, la autoridad y autoritarismo, la obediencia ciega (escrupulosidad).
viernes, 20 de febrero de 2009
RELACIÓN DE PAREJA
Podríamos compararlo a un barquito que ha de navegar hasta la otra orilla y solo puede ser impulsado por el amor; el sentimiento sería como el viento que sopla y mueve el barco sin necesidad de mayor esfuerzo.
Así como en la vida atravesamos las 4 estaciones se podría decir que también espiritualmente las atravesamos, como personas, como parejas o como familias. El viento cesa, no dura por siempre; y esto no tiene por qué significar el final del amor ni de la relación ya que contamos con otros recursos para seguir avanzando: los remos, que serían la voluntad y el esfuerzo para seguir, aunque no sea tan fácil como antes. De hecho es ahí que demostramos la calidad de amor con la voluntad de seguir, poniendo de nosotros mismos para que no se hunda el barco. Antes no costaba nada, era fácil y agradable, podría seguirse aún sin verdadero amor, pues agradaba al ego y no suponía esfuerzo alguno; cuando cesa el viento es cuando se pone a prueba el verdadero amor y se demostrará con la voluntad lo que se es capaz de hacer por el bien del otro, pues en eso consiste el amor.
Cuando ni la voluntad es capaz de seguir adelante tenemos aún otro recurso: el Espíritu Santo, que es el Amor de Dios derramado en nuestros corazones (cf. Rm 5,5). Eso sería como un motor que puede seguir impulsando la barca aún sin la ayuda del viento y sin los remos de la voluntad. Hay que saber contar siempre con la fuerza de Dios, que nos ayuda por muchos medios, especialmente por su iglesia, en la que hay ayudas de todo tipo y para todas las necesidades, materiales, psíquicas, espirituales, etc. Sea por medio de retiros espirituales o de charlas matrimoniales, o por diálogos con sacerdotes o personas de Dios, podemos recibir esa ayuda necesaria para continuar, y aprender de los errores pasados que llevaron el barco casi al hundimiento.
En la actualidad mucha gente vive centrada únicamente en lo que siente, en los 5 sentidos sobrevalorados en nuestra cultura facilista y hedonista, llegando a descuidar las facultades interiores o espirituales, como son la fe, la inteligencia y la voluntad al dejarse llevar más por lo que gusta y da placer. De ahí que muchos piensen que si se acabó el sentimiento en el matrimonio se acabó todo y no hay posibilidad de seguir. Desconocen muchos las ayudas posibles para recuperar el calor perdido. Se desconocen los otros recursos con los que la relación puede seguir avanzando, al creer que debe avanzar solita la barca, sin esfuerzo alguno, sin sacrificio de ningún tipo, que ha de estar movida siempre por el viento del sentimiento y sin hacer nada de nuestra parte.
viernes, 13 de febrero de 2009
viernes, 6 de febrero de 2009
CONOCIENDO A DIOS
IDEAS FALSAS DE DIOS
¿Ama Dios el sacrificio, la penitencia y el sufrimiento? ¿Quiere Dios la pobreza? ¿Es Dios enemigo de la felicidad del hombre, de su bien, de su buen humor, de su placer, del bienestar? ¿Prefiere Dios la parálisis y frustración de sus hijos, su dolor y aburrimiento?
Creo que Dios es bueno, es Amor, y no quiere nada de todo esto que el hombre rechaza como malo. Dios quiere nuestra felicidad más que nosotros mismos y todo lo que desea es que la alcancemos, más que cualquier madre para con sus hijos. “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido. Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros están ante mi perpetuamente” (Is 49,15s).
Sabe bien que para ser felices necesitamos la libertad verdadera propia de sus hijos, de personas de fe, sin ataduras ni apegos a nada de lo pasajero, sino tan sólo a Él, a lo eterno, a los bienes de lo alto que no pasan. La felicidad ficticia y pasajera de la carne no es verdadera felicidad, y no debo apegarme a ella, pues puede perderse en cualquier instante y sólo genera adicción, esclavitud o vicio. Necesitar de ella sería precariedad lastimosa, pues estaría condenado al fracaso constante, no le deja a Dios su lugar, cree necesitar de otras cosas para sostenerse en pie y ser feliz.
Dios quiere que sea libre, que le conozca, que me abra a su Espíritu de Amor, pues así es como amaré y así seré verdaderamente feliz, no por momentos sino de forma estable, como actitud de vida.
No tener más maestro, padre, jefe ni guía que a Él (cf. Mt 23,8-10) que es nuestro buen pastor (Jn 10,10s). Tantos falsos pastores crean en nosotros ideas falsas, necesidades ficticias, creencias absurdas y engañosas que nos llevan a buscar la felicidad donde no está.
Cristo quiere más que nadie nuestra vida feliz, abundante y plena, pero Él no nos engaña como los vendedores del mundo, que nos prometen lo que no nos pueden dar. Jesús nos traza el camino verdadero, no nos da promesas engañosas ni caminos falsos de vida. El camino de la felicidad y la vida es el de vivir lleno del Amor de Dios que es derramado en nosotros por el Espíritu Santo. Él nos invita a salir de nosotros mismos, a amar, y ahí encontramos paradójicamente la felicidad verdadera; no en nosotros mismos, no en el egoísmo, sino en el amor, pues esa es nuestra identidad más profunda: imagen de Dios – amor.
Así, la felicidad está al alcance de todo ser humano, del más rico como del más pobre, pues no nos viene por lo que tengamos o dejemos de tener, sino por lo que vivamos. No necesitamos de nada más que de Dios, que está siempre a nuestro alcance, dándose a nosotros sin medida, dándole sentido y esperanza incluso a la cruz de cada día, a lo que consideramos desgracias, asegurándonos que nada nos puede separar de su amor infinito que nos encamina a la eternidad feliz (cf. Rm 8,35ss). Basta abrirle a Él mente y corazón para convertirnos en los más ricos y felices. Como también cerrarnos a Él convierte a cualquier persona, por rica de dinero que sea, en la más pobre y miserable; limitada a la precariedad de lo físico, material y pasajero, como hojita que zarandea el viento.
No es lo exterior lo que nos da ni nos quita nada. Estamos habituados al victimismo, a justificar nuestras desgracias y angustias echando la culpa a todo lo que nos rodea: personas indeseables, políticos, mundo, sociedad, tráfico, gente,… pero, como dijo Jesús (Mc 7,18.20s) no es lo que viene de fuera lo que contamina al hombre sino lo que sale de dentro de nosotros, eso es lo que nos hace buenos o malos, felices o infelices. ¿Dejas que salgan de ti frutos de la “carne”, del hombre animal: ira, soberbia, avaricia, envidia…? ¿O bien frutos del Espíritu, del hombre nuevo en Cristo: amor, gozo, paz, bondad, mansedumbre…? Lo que dejes salir de ti es lo que te construye o lo que te destruye. Nada del exterior puede destruirte si tú no quieres, si tú no lo conviertes en mal fruto.
No podemos recibir todo, hay que saber hacer ojos ciegos y oídos sordos a lo que no viene o no es de Dios, tener como filtros para no infectarnos del mal al igual que evitamos comer una comida si vemos que está estropeada y que puede hacernos daño. Somos libres para decidir tanto lo que entra en nosotros (lo que escuchamos, a lo que ponemos atención, a lo que damos o no damos importancia) como lo que sale de nosotros (gestos y palabras de amor o de desamor, constructivas o destructivas). Se trata, pues, de saber discernir entre lo que conviene y lo que no, lo que destruye y lo que edifica, para escoger con sabiduría y dar siempre fruto deseable, pues el malo no sólo afecta negativamente a los demás, sino que también y principalmente a uno mismo.
¿Crees que Dios te quiere feliz o infeliz? ¿Qué clase de felicidad quiere Dios para nosotros y dónde la podemos encontrar?
¿Qué clase de frutos han encontrado en ti los que te rodean, buenos o malos? (piensa en amigos, familiares y otras personas). ¿Crees que hay alguna relación entre los frutos que salen de ti y la felicidad o infelicidad que tienes?
¿Ama Dios el sacrificio, la penitencia y el sufrimiento? ¿Quiere Dios la pobreza? ¿Es Dios enemigo de la felicidad del hombre, de su bien, de su buen humor, de su placer, del bienestar? ¿Prefiere Dios la parálisis y frustración de sus hijos, su dolor y aburrimiento?
Creo que Dios es bueno, es Amor, y no quiere nada de todo esto que el hombre rechaza como malo. Dios quiere nuestra felicidad más que nosotros mismos y todo lo que desea es que la alcancemos, más que cualquier madre para con sus hijos. “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido. Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros están ante mi perpetuamente” (Is 49,15s).
Sabe bien que para ser felices necesitamos la libertad verdadera propia de sus hijos, de personas de fe, sin ataduras ni apegos a nada de lo pasajero, sino tan sólo a Él, a lo eterno, a los bienes de lo alto que no pasan. La felicidad ficticia y pasajera de la carne no es verdadera felicidad, y no debo apegarme a ella, pues puede perderse en cualquier instante y sólo genera adicción, esclavitud o vicio. Necesitar de ella sería precariedad lastimosa, pues estaría condenado al fracaso constante, no le deja a Dios su lugar, cree necesitar de otras cosas para sostenerse en pie y ser feliz.
Dios quiere que sea libre, que le conozca, que me abra a su Espíritu de Amor, pues así es como amaré y así seré verdaderamente feliz, no por momentos sino de forma estable, como actitud de vida.
No tener más maestro, padre, jefe ni guía que a Él (cf. Mt 23,8-10) que es nuestro buen pastor (Jn 10,10s). Tantos falsos pastores crean en nosotros ideas falsas, necesidades ficticias, creencias absurdas y engañosas que nos llevan a buscar la felicidad donde no está.
Cristo quiere más que nadie nuestra vida feliz, abundante y plena, pero Él no nos engaña como los vendedores del mundo, que nos prometen lo que no nos pueden dar. Jesús nos traza el camino verdadero, no nos da promesas engañosas ni caminos falsos de vida. El camino de la felicidad y la vida es el de vivir lleno del Amor de Dios que es derramado en nosotros por el Espíritu Santo. Él nos invita a salir de nosotros mismos, a amar, y ahí encontramos paradójicamente la felicidad verdadera; no en nosotros mismos, no en el egoísmo, sino en el amor, pues esa es nuestra identidad más profunda: imagen de Dios – amor.
Así, la felicidad está al alcance de todo ser humano, del más rico como del más pobre, pues no nos viene por lo que tengamos o dejemos de tener, sino por lo que vivamos. No necesitamos de nada más que de Dios, que está siempre a nuestro alcance, dándose a nosotros sin medida, dándole sentido y esperanza incluso a la cruz de cada día, a lo que consideramos desgracias, asegurándonos que nada nos puede separar de su amor infinito que nos encamina a la eternidad feliz (cf. Rm 8,35ss). Basta abrirle a Él mente y corazón para convertirnos en los más ricos y felices. Como también cerrarnos a Él convierte a cualquier persona, por rica de dinero que sea, en la más pobre y miserable; limitada a la precariedad de lo físico, material y pasajero, como hojita que zarandea el viento.
No es lo exterior lo que nos da ni nos quita nada. Estamos habituados al victimismo, a justificar nuestras desgracias y angustias echando la culpa a todo lo que nos rodea: personas indeseables, políticos, mundo, sociedad, tráfico, gente,… pero, como dijo Jesús (Mc 7,18.20s) no es lo que viene de fuera lo que contamina al hombre sino lo que sale de dentro de nosotros, eso es lo que nos hace buenos o malos, felices o infelices. ¿Dejas que salgan de ti frutos de la “carne”, del hombre animal: ira, soberbia, avaricia, envidia…? ¿O bien frutos del Espíritu, del hombre nuevo en Cristo: amor, gozo, paz, bondad, mansedumbre…? Lo que dejes salir de ti es lo que te construye o lo que te destruye. Nada del exterior puede destruirte si tú no quieres, si tú no lo conviertes en mal fruto.
No podemos recibir todo, hay que saber hacer ojos ciegos y oídos sordos a lo que no viene o no es de Dios, tener como filtros para no infectarnos del mal al igual que evitamos comer una comida si vemos que está estropeada y que puede hacernos daño. Somos libres para decidir tanto lo que entra en nosotros (lo que escuchamos, a lo que ponemos atención, a lo que damos o no damos importancia) como lo que sale de nosotros (gestos y palabras de amor o de desamor, constructivas o destructivas). Se trata, pues, de saber discernir entre lo que conviene y lo que no, lo que destruye y lo que edifica, para escoger con sabiduría y dar siempre fruto deseable, pues el malo no sólo afecta negativamente a los demás, sino que también y principalmente a uno mismo.
¿Crees que Dios te quiere feliz o infeliz? ¿Qué clase de felicidad quiere Dios para nosotros y dónde la podemos encontrar?
¿Qué clase de frutos han encontrado en ti los que te rodean, buenos o malos? (piensa en amigos, familiares y otras personas). ¿Crees que hay alguna relación entre los frutos que salen de ti y la felicidad o infelicidad que tienes?
sábado, 31 de enero de 2009
viernes, 23 de enero de 2009
LO IMPORTANTE A LOS OJOS DE DIOS
Creo que la oración no es un fin en sí misma, sino un medio para vivir mejor el plan de Dios. Dios no nos va a revisar tanto si cumplimos determinados rezos, como lo que hemos vivido y lo que hay en nuestro corazón. El énfasis de la Palabra de Dios, desde el AT al NT no es otro que la vida, y especialmente así lo enseña Jesús. Le interesa encontrar en nosotros un corazón en sintonía con el suyo, semejante al suyo, sin corrupción ni maldad, que domine las tendencias naturales al mal, a la soberbia, envidia, ira, avaricia,…; quiere así que seamos un reflejo de su amor y bondad, y por tanto, emisarios suyos en quienes puede complacerse ya que actúan en su nombre.
Dios quiere ver en nosotros hijos suyos, libres, amorosos, sin ninguna clase de maldad, abiertos a recibir solamente lo que viene de Él, con oídos y ojos cerrados a todo lo que no procede de su amor y que puede herirnos y sembrar cizaña en nosotros. Para que, así, salgan de nosotros únicamente frutos buenos, frutos del Espíritu y no las malas obras del hombre viejo.
Es cierto que el contexto marcará el fruto visible, su cantidad o calidad, según se valore o no, se vea o no. No importa si es más o es menos, Dios se complace en su hijo, “El Padre, que ve lo secreto, lo recompensará”, dice Jesús. Una persona que en un momento determinado pudo brillar y sobresalir de modo extraordinario, posiblemente en otro tiempo y contexto pasaría totalmente desapercibida, sin poder dar el mismo fruto. Dios ve el corazón y en él quiere complacerse.
¿Cuáles te parecen ser los frutos más importantes de la vida Cristiana? ¿Qué debe importarnos más: la mirada y juicio de Dios o la de los hombres? ¿Cómo lograrlo? (cf. Jn 13,34s y Ga 5,18ss)
Dios quiere ver en nosotros hijos suyos, libres, amorosos, sin ninguna clase de maldad, abiertos a recibir solamente lo que viene de Él, con oídos y ojos cerrados a todo lo que no procede de su amor y que puede herirnos y sembrar cizaña en nosotros. Para que, así, salgan de nosotros únicamente frutos buenos, frutos del Espíritu y no las malas obras del hombre viejo.
Es cierto que el contexto marcará el fruto visible, su cantidad o calidad, según se valore o no, se vea o no. No importa si es más o es menos, Dios se complace en su hijo, “El Padre, que ve lo secreto, lo recompensará”, dice Jesús. Una persona que en un momento determinado pudo brillar y sobresalir de modo extraordinario, posiblemente en otro tiempo y contexto pasaría totalmente desapercibida, sin poder dar el mismo fruto. Dios ve el corazón y en él quiere complacerse.
¿Cuáles te parecen ser los frutos más importantes de la vida Cristiana? ¿Qué debe importarnos más: la mirada y juicio de Dios o la de los hombres? ¿Cómo lograrlo? (cf. Jn 13,34s y Ga 5,18ss)
sábado, 17 de enero de 2009
ICONO TRINIDAD
La palabra griega ícono significa “imagen” y se aplica a cierto tipo de cuadros propios de la Iglesia cristiana oriental.
Se lo venera. Es un llamado que nos invita a la contemplación del misterio de Dios. El pintor de íconos reza antes de pintar y pide a Dios que dirija sus manos.
Rublev se inspiró en el pasaje de Gn 18,1-10, conocido como “la hospitalidad de Abraham”. (Leer el texto)
- Aparecen tres ángeles frente a la tienda de Abraham, en el encinar de Mambré.
- Se lavan los pies, se reponen del camino.
- Comen la comida que Sara y Abraham les ofrecen generosamente.
- Anuncian un nacimiento inesperado del hijo deseado.
El ícono de la Trinidad nos invita a habitar en la casa del amor perfecto. Los temores nos atacan por todas partes, pero cuando permanezcamos en la casa de Dios, estos temores mundanos no tendrán ningún poder sobre nosotros.
La palabra griega ícono significa “imagen” y se aplica a cierto tipo de cuadros propios de la Iglesia cristiana oriental.
Se lo venera. Es un llamado que nos invita a la contemplación del misterio de Dios. El pintor de íconos reza antes de pintar y pide a Dios que dirija sus manos.
Rublev se inspiró en el pasaje de Gn 18,1-10, conocido como “la hospitalidad de Abraham”. (Leer el texto)
- Aparecen tres ángeles frente a la tienda de Abraham, en el encinar de Mambré.
- Se lavan los pies, se reponen del camino.
- Comen la comida que Sara y Abraham les ofrecen generosamente.
- Anuncian un nacimiento inesperado del hijo deseado.
El ícono de la Trinidad nos invita a habitar en la casa del amor perfecto. Los temores nos atacan por todas partes, pero cuando permanezcamos en la casa de Dios, estos temores mundanos no tendrán ningún poder sobre nosotros.
- El círculo: Los tres personajes configuran un círculo. Pero más propio es hablar de un movimiento circular entre ellos, sugerido por sus miradas, por el juego de sus manos, por la inclinación de sus cabezas. Todo expresa una comunión extraordinaria entre los tres.
- La copa: El centro de los tres personajes es la copa. Los tres la rodean. Además, la copa está ubicada en el corazón de una copa más grande que dibujan los dos ángeles laterales. El tema de la conversación no puede ser otro que la copa. Es la copa eucarística.
- El cordero: En la copa está el cordero que Abraham ofreció a los ángeles. Es el Cordero de Dios. Es el centro del ícono.
- Los tres personajes: están vestidos de azul, símbolo de su divinidad. No son iguales, son diferentes. Sus actitudes, sus miradas, el color de sus ropas así lo indican.
- El Hijo: en el centro lo señala con los dedos indicando así su misión de ser el cordero del sacrificio, tan humano como divino por la encarnación.
- El Padre: a la izquierda, anima al hijo con un gesto de bendición.
- El Espíritu: quiere decir, mientras señala el rectángulo, que la entrega del Hijo es para la salvación del mundo.
- La encina de Mambré se convierte en árbol de vida. Evoca el árbol del conocimiento del bien y del mal y el árbol de la cruz. El travesaño horizontal está formado por las cabezas del Padre y del Espíritu. No hay círculo sin cruz, ni vida eterna sin muerte, no se gana la vida sin perderla, ni hay reino celestial sin calvario.
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