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martes, 1 de diciembre de 2009

ABUSO DEL NOMBRE DE DIOS


USO DEL NOMBRE DE DIOS EN VANO


El segundo mandamiento del decálogo dice así: “No tomarás en falso el nombre de YHWH tu Dios…” (Ex 20,7). Lo aprendimos en la Iglesia como no tomar su nombre en vano. Podríamos encontrar muchos significados o modos de aplicar este mandamiento. Para ser más sintético plantearé los siguientes:
- Tradicionalmente se interpretó este mandamiento como no jurar por Dios en falso, lo que sería obviamente un modo de usar el nombre de Dios erróneamente para mentir. Incluso se recomendó no jurar por Dios nunca, pues podría romperse el juramento y se haría, de algún modo, quedar mal a Dios, por quien se prometió o se juró.
- Otro sentido que podría darse es el respeto debido al nombre de Dios, por el que los judíos no osan pronunciar este nombre, pues en realidad es impronunciable, ya que se trata de 4 consonantes que nadie sabría pronunciar YHWH (conocidas como tetragrama) por lo que los judíos en su lugar pronuncian ADONAI, que significa Señor. En el siglo IX se le colocaron los sonidos vocálicos de “adonai” y el resultado fue yehowah (Geova) y más recientemente se hizo de otro modo dando el resultado de Yahweh, que cada lengua trascribirá de un modo. Recientemente el Vaticano pide no usar este nombre en la liturgia, particularmente, en un esfuerzo por recuperar lo bíblico original, dado que cualquier modo de llamarlo es una invención nuestra, pues nadie sabe cómo se pronunciaría, por desconocer los sonidos vocálicos correspondientes. Tiene también el sentido de que siempre excederá nuestro humano conocimiento, no podemos encasillarlo o creer que lo abarcamos totalmente, siempre nos trascenderá. Por lo que se prefiere hacer como hicieron siempre los judíos y también la Iglesia en la liturgia, diciendo SEÑOR.


- Otro modo de aplicar este mandamiento sería no haciendo decir a Dios lo que no dice, no hablar falsamente de Dios, no atribuirle a Él lo que no hizo, no minusvalorarlo, no hablar mal de Él…; lo que se comete, posiblemente, con más frecuencia de lo que podemos suponer. Con mucha ligereza hablamos de Dios y lo metemos hasta en la sopa. Le hacemos decir lo que Él no dice, malinterpretando su Palabra y por tanto tergiversando su sentido. Cuando decimos: “Así lo quiso Dios” en ocasiones en que no podemos estar seguros de tal cosa. “Dios se acordó de él” o “Dios se lo llevó”, haciéndole culpable o causante de muertes que, quizás, ni Dios quería. También en dichos más bien supersticiosos como: “Casamiento y mortaja del cielo bajan”. Lamentablemente son muchas las interpretaciones erróneas que se hacen comúnmente de la Escritura.

- Todo esto, y tal vez otros usos de su nombre en vano, tiene muy graves consecuencias, pues llevan a muchos a perder la fe y a alejarse no de Dios, por causa de esa falsa presentación que hacemos de Él, hablando a la ligera o con demasiado atrevimiento, como si se tratara de algo totalmente conocido y dominado por nosotros. Presentamos así una caricatura de Dios, que lleva a muchos a alejarse de Él, pues hablando erróneamente de Él se generan expectativas falsas que se verán frustradas tarde o temprano. Como ya dijo el Concilio Vaticano II al tratar de las causas del ateísmo, entre otras por la mala presentación de Dios como por el mal ejemplo y vivencia del Evangelio que lleva a velar a Dios en vez de revelarlo como deberíamos.

- De los principales errores que se cometen al hablar de Dios y que pueden llevar a muchos a alejarse de Él es el pensar que no se mueve una hoja sin la voluntad de Dios, frase que se atribuye erróneamente a la Biblia, y que aunque estuviera en ella habría que saber interpretar a la luz del conjunto, y no tomarla literalmente. Se usan mucho expresiones como: “Si Dios quiere encontrará trabajo”, se puede trasmitir el mensaje erróneo de que si no lo encuentra es porque Dios no quiso. “Dios quiera que le vaya bien”, y si no le va bien ¿será que Dios no lo quiso? Así hay infinidad de expresiones y atribuciones a Dios que hacen pensar que Él causa todo lo que sucede, lo bueno y lo malo. “Ruégale a Dios por su salud que Él la sanará, sólo Él la puede salvar”, ¿y si muere? Así se han alejado muchos de Dios, porque se les quiso dar una noción errónea de Dios, como si fuera el genio de la lámpara que está para cumplir nuestros pedidos, o que es el que está por detrás de todo cuanto sucede, en especial de la muerte, cuando no siempre es así.

¿Has conocido a alguien que haya perdido la fe en Dios por causas como estas? ¿Crees que muchos se han alejado de la Iglesia por este tipo de concepciones que transmitimos los católicos?
¿Tus ideas de Dios están basadas en la Biblia, en lo que Él nos reveló? ¿Cómo lograr la correcta interpretación de los textos bíblicos?