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lunes, 23 de marzo de 2009

Religiosidad errónea II

Religión, refugio de seguridad. Ve el mundo como malo, busca oasis, seguridad y refugio en la religión ante experiencias de frustración y fracaso en el mundo. Ve la religión como tabla de salvación haciéndose escrupuloso cumplidor de normas, no busca a Dios para una relación personal auténtica, ni por auténtico conocimiento de Dios y amor a Él, sino por decepción del mundo, al que sataniza y ve de mal en peor y del que prefiere huir.

Dios instrumento, o medio para la propia satisfacción y bienestar. En realidad sigue en la inmadurez y egocentrismo desde el que sólo le interesa su comodidad y satisfacción, para la cual Dios es un instrumento, tomando de Él solamente en la medida que le causa beneficio propio, y desechando lo que le exige renuncia y compromiso (autoengaño).

Credulidad absurda, ingenua, superficial, insustentable y ciega es la que muchos tienen al creer en cualquier devoción sin fundamento alguno; es una religiosidad acrítica, que deja entrar la mentira y el engaño con gran facilidad. Dan cabida en su fe a todas las corazonadas que quieren inventar o les parecen bonitas (con énfasis en lo emocional) sin rigor de conocimiento y sustentación. Aferrados a prejuicios e ideas irracionales y preconcebidas. Siempre abiertos a toda clase de creencias y manifestaciones “divinas” con total ingenuidad, siendo así una credulidad temeraria.

Fundamentalismo. Es otro modo de vivencia “patológica” de la religión por su postura rígida, inflexible, intolerante, que no da lugar al diálogo con ideas diferentes, pues se cree en posesión de la única verdad, por lo que los demás están mal. Exige e impone autoritariamente sus dogmas para que sean respetados por todos, entiendan o no, quieran o no, con obediencia ciega. Se postula como único camino de salvación.

Religiosidad sentimental, en la que la fe se reduce a un sentimiento y se vive solamente en busca de sentimientos bonitos, sin darle importancia a la vivencia de la Palabra de Dios, ni al conocimiento doctrinal, ni al compromiso, etc. Todo lo que se busca es sentir agradablemente, con luces, músicas, grupitos, lecturas, oraciones y temas bonitos, haciéndose dependientes de esta especie de “cuento de hadas” para sentirse bien y alejados de la realidad. Así se les hace fácil el cambio a iglesias sectarias si les gustan más, sin criterio alguno, sin importar doctrinas o veracidad.

Fanatismo religioso, es el que presentan las personas que no pueden hablar de otra cosa que no sea la religión, que viven obsesionadas con ese tema y condenan todo lo demás como malo. Quieren imponer su mentalidad a todos y a toda costa, a tiempo y a destiempo, de manera importuna; acaban por hacerla odiosa para todos los que los oyen y ganan más enemigos que amigos de esa “religión” que tratan de inculcar de modo impositivo y dictatorial.

Religión satanizadora (condenatoria) es la que vive mucha gente de religiosidad estricta que sataniza todo lo del mundo; más papistas que el Papa, son los que decía Jesús que ni entran ni dejan entrar, porque imponen cargas pesadas que ni ellos llevan. Así se la pasan condenando todo lo que hay: terapias alternativas, prácticas, bailes,... presentando una religión desagradable y difícil, presentando así el camino de Jesús más pesado que feliz y plenificante.

Angelismo. El hombre que busca un espiritualismo desencarnado, que opone y enfrenta a todo lo corpóreo y material como algo malo y enemigo de su realización espiritual anhelada. Su idea errónea del deber encubre o anula su ser lo que trae graves consecuencias a sus relaciones humanas. Tiene una idea caricaturizada de Dios.

Religión a la carta del que toma los elementos que le gustan de una religión y desecha los que no le gustan, normalmente desde la ignorancia casi total de la misma. Quiere unos elementos y no otros, perdiéndose de vivir los frutos de esa fe integral.

Religión sincrética donde podrían incluirse abundantes grupos y personas que mezclan aspectos religiosos de toda índole; pueden combinar elementos del catolicismo con otros del hinduismo, budismo o incluso con otras filosofías, santerías, creencias, esoterismo, etc., creando una mezcla que se convierte en una pseudo religión idolátrica y neopagana.