Si, de muchas maneras nos aleja
de la luz de la verdad, pues es el enemigo de Dios, de la luz, de la vida, de
la salvación.
Errores graves de
nuestro tiempo son incontables entre ellos citaré algunos:
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No
importa lo que es verdad o mentira. El relativismo y subjetivismo avalado
socialmente con la frecuente complicidad al hombre viejo, al que siempre se le
quiere dar por su lado. Prevalece sobre la verdad o sobre lo auténtico, lo que
te haga sentir bien, por falso, hueco y pasajero que sea.
- El sentir sobre el saber, sobre la verdad, sobre la razón. Sólo importa el
sentimiento, cómo te sientes, y así el sentirse bien se convierte en el falso
ideal de muchos, como el ídolo que marca su hoja de ruta permanentemente. Sólo se
quiere sentir bien, a costa de lo que sea: de la salud, de romper corazones, de
defraudar, robar, mentir,… buscando egoístamente sólo el propio bienestar.
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No
importa el sentido de la vida, ni de lo que hacemos. Parece que se admitió
como válido el sobrevivir, en la superficialidad del sobrevivir, sin importar
las razones, ni la finalidad de la vida. Se resigna a no tener otro sentido en
la vida más que el sentirse bien en todo momento. Ante esto no se sabe vivir
nada con razones ni sentido, se vive en el sinsentido para el trabajo, para la
enfermedad, ni mucho menos para la muerte.
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Pero el enemigo anestesia un poco las conciencias con la mentira y el engaño de
que hay vida después de la muerte, de
que el muerto está en mejor vida, de que todos estaremos mejor después de esta
etapa, sin un Dios, sin un camino, vivas como vivas. Se sigue idolatrando al
ego, para el que se quiere bienestar permanente.
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El hombre
se endiosa, tomando sus decisiones solo, como si él fuera Dios. Siempre al
margen de Dios y desde su propio capricho y criterio, por subjetivo y torpe que
sea, pero no quiere que nadie más decida. Se fía de sí mismo al 100%, como si
fuera dios mismo. Queriendo que se haga siempre su caprichosa voluntad.
- Engañados socialmente: te hacen sufrir por absurdos, como que pierda tu
equipo, como si fueras tu quien realmente perdió. Identificado con esa
superficialidad de vida creada por el mundo del instante, pues cambia
constantemente la moda, estará preocupado por aparentar así o asá, hablar así o
asá, vestir de uno u otro modo, ir a tales lugares, gastar dinero en … todo lo in, aunque eso caduque en dos días y
lo “in” pase a ser otra cosa. Se vive en la superficialidad total, y muchos
viven identificados en ese mundo artificial creado por el hombre superficial.
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Sufriendo mucho por el cáncer, que le reduce
unos años de vida. Pero me pregunto, ¿de qué le serviría unos años de vida? ¿Para
vivir lo mismo que lleva viviendo 20 o 30 años? ¿Para sobrevivir y satisfacer
sus instintos 10 años más? ¿A quién beneficiaría si viviera más? ¿Está aferrada
a esta vida para qué? (de la película: un
pedacito de cielo). Introyectó
paradigmas sociales ridículos y sin sentido, por los que se hace la
víctima, sufre y llora, echando de menos unos años más de superficialidad y egocentrismo, en lugar de buscar y añorar el
sentido para vivir, y conocer al Dios que se reveló para salvarnos. Pero en la
película como es usual pone la muerte como paso a la vida feliz, pero sin Dios.
Y deja a sus familiares celebrando su muerte, como su fuera una gran fiesta: el diablo inculca
por películas y otros medios, todos los antivalores que puede, lo que destruye,
lo que lleva al hombre a la muerte y condenación, homosexualidad, equiparara a
la hetero, la droga y delincuencia normalizada y aceptada como buena, el aborto
como alternativa normal a la lógica humana, como si esta fuera la verdadera
referencia a seguir, desde el propio endiosamiento del ego carnal, y sin idea
de su verdadera identidad espiritual.
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Idealización del propio bienestar egoístamente, de ahí que se quiera alejar uno de todo el que ose
molestarle, de todo el que le haga salir de sí mismo, en definitiva de toda el
que obstaculice el cumplimiento de la propia expectativa y voluntad. De ahí que
abunden los divorcios, las rupturas y hasta violencia intrafamiliar,
muertes, pleitos y lágrimas sin parar, por la propia incapacidad del ego para
vencerse y dominarse a sí mismo. De ahí que cada vez sean más los que quedan
solteros y solteras, prefiriendo convivir con alguna mascota, que no
puede incomodar ni defraudar las propias expectativas y deseos como suelen las
personas.