1.
ALEGRIA EN PADECIMIENTOS
Ø
Col 1,24. Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros, y en mi
carne, completando lo que falta de las aflicciones de Cristo, hago mi parte por
su cuerpo, que es la iglesia,…
Ø
Jn 12,24. En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en
tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto.
Ø
2 Co 1, Porque, así como
los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia, así también abunda
nuestro consuelo por medio de Cristo. 6 Pero si somos atribulados, es para vuestro consuelo y
salvación; o si somos consolados, es para vuestro consuelo, que obra al
soportar las mismas aflicciones que nosotros también sufrimos. 7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros está
firmemente establecida, sabiendo que como sois copartícipes de los
sufrimientos, así también lo sois de la consolación.
Ø 2 Co 12,9. Y Él me ha dicho: Te basta mi gracia,
pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. 10 Por eso me complazco en las
debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por
amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Ø
Mt 5. BIENAVENTURANZAS. Felices los pobres, los
que sufren, los que lloran, los perseguidos por causa de la justicia, …
Ø
Hch 5,40. Ellos aceptaron
su consejo, y después de llamar a los apóstoles, los azotaron y les
ordenaron que no hablaran en el nombre de Jesús y los soltaron. 41 Ellos, pues, salieron de la
presencia del concilio, regocijándose de que hubieran sido tenidos por dignos
de padecer afrenta por su Nombre.
Ø
Fil 1,29. Porque a
vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en El, sino
también sufrir por El, 30 sufriendo el mismo conflicto que visteis en mí, y que
ahora oís que está en mí.
2. FUERZA EN LA DEBILIDAD
Ø
2 Cor 4,7 Pero tenemos
este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder
sea de Dios y no de nosotros. 8 Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no
desesperados; 9 perseguidos,
pero no abandonados; derribados, pero no destruidos;
Ø
2 Co 12, 9. Y Él me ha
dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por
tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el
poder de Cristo more en mí. 10 Por eso me complazco en las debilidades, en
insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo;
porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Ø
1 Co
1,26. Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos
sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que Dios ha escogido
lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil
del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; 28 y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que
no es, para anular lo que es; 29 para que nadie se jacte delante de Dios. 30 Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual
se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y
redención, 31 para que,
tal como está escrito: EL QUE SE GLORIA, QUE SE GLORIE EN EL SEÑOR
Ø
1 Co 4,9. Porque pienso
que Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles en último lugar, como a
sentenciados a muerte; porque hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo,
tanto para los ángeles como para los hombres. 10 Nosotros somos necios por
amor de Cristo, mas vosotros, prudentes en Cristo; nosotros somos débiles, mas
vosotros, fuertes; vosotros sois distinguidos, mas nosotros, sin honra. 11 Hasta el
momento presente pasamos hambre y sed, andamos mal vestidos, somos maltratados
y no tenemos dónde vivir; 12 nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; cuando
nos ultrajan, bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos; 13 cuando nos
difaman, tratamos de reconciliar; hemos llegado a ser, hasta ahora, la escoria
del mundo, el desecho de todo.
3. EL PRIMERO SERA EL ULTIMO Y VICEVERSA
Ø
Mc 10,43.
Pero entre vosotros no es así, sino que cualquiera de
vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor, 44 y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será
siervo de todos.
Ø
Mt 19,30
y 20,16. Así, los últimos serán primeros, y los primeros, últimos.
Ø
Mc 10,31
y Lc 13,30.
4. LA RIQUEZA EN LA POBREZA
Ø
2 Co 8,9.
Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que
siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros
por medio de su pobreza llegarais a ser ricos.
Ø Mt 6,25. Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o
qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el
alimento y el cuerpo más que la ropa? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las
alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? 27 ¿Y quién de
vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? 28 Y por la ropa,
¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan,
ni hilan; 29 pero os digo
que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. 30 Y si Dios
viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará
mucho más por vosotros, hombres de poca fe? 31 Por tanto, no os preocupéis, diciendo: ``¿Qué comeremos? o
``¿qué beberemos? o ``¿con qué nos vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas;
que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. 33 Pero buscad
primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Por tanto, no
os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se
cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.
5. SABIDURIA EN LA NECEDAD
Ø
1 Co
1,20. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el polemista de
este siglo? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo sea necedad? 21 Porque ya que en la
sabiduría de Dios el mundo no conoció a Dios por medio de su propia
sabiduría, agradó a Dios, mediante la necedad de la predicación, salvar a los
que creen. 22 Porque en
verdad los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a
Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los
gentiles; 24 mas para
los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y
sabiduría de Dios. 25 Porque la
necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más
fuerte que los hombres.
Ø
1 Co 1,
26. Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos
sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que Dios ha escogido
lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil
del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; 28 y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que
no es, para anular lo que es; 29 para que nadie se jacte delante de Dios. 30 Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual
se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y
redención, 31 para que,
tal como está escrito: EL QUE SE GLORIA, QUE SE GLORIE EN EL SEÑOR.
6. GLORIA EN LA HUMILLACION
Ø
Jn 12 26 Si alguno me sirve, que me
siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor; si alguno me sirve, el
Padre lo honrará.
Ø
Lc 1,46. Mi
alma engrandece al Señor,
47 y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
48 Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva;
pues he aquí, desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada.
…51 Ha hecho proezas con su brazo; ha esparcido a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Ha quitado a los poderosos de sus tronos; y ha exaltado a los humildes;
53 A LOS HAMBRIENTOS HA COLMADO DE BIENES y ha despedido a los ricos con las manos vacías.
47 y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
48 Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva;
pues he aquí, desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada.
…51 Ha hecho proezas con su brazo; ha esparcido a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Ha quitado a los poderosos de sus tronos; y ha exaltado a los humildes;
53 A LOS HAMBRIENTOS HA COLMADO DE BIENES y ha despedido a los ricos con las manos vacías.
Ø
2 Co 4,7.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la
extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros. 8 Afligidos en todo, pero no
agobiados; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no
destruidos; 10 llevando
siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para que también la
vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. 11 Porque nosotros que vivimos, constantemente estamos siendo
entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestro cuerpo mortal.
Ø
2Co 4,16.
16 Por tanto no desfallecemos,
antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro
hombre interior se renueva de día en día. 17 Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un
eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, 18 al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en
las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no
se ven son eternas.
Ø
Jn 12,23.
Jesús les respondió, diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo
del Hombre sea glorificado. En verdad, en verdad os digo que si el grano de
trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto.
25 El que ama su vida la pierde; y el que aborrece su vida en
este mundo, la conservará para vida eterna.
7. VIDA EN LA MUERTE
Ø
Jn 12 25 El que ama su vida la pierde; y el que aborrece su vida en
este mundo, la conservará para vida eterna.
Ø
Fil 1,21. Pues para mí, el
vivir es Cristo y el morir es ganancia. 22 Pero si el vivir en la carne, esto significa para
mí una labor fructífera, entonces, no sé cuál escoger, 23 pues de ambos lados me siento apremiado, teniendo
el deseo de partir y estar con Cristo, pues eso es mucho mejor; 24 y sin embargo, continuar en
la carne es más necesario por causa de vosotros.
Ø
2 Cor 4,10. …llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. 11 Porque
nosotros que vivimos, constantemente estamos siendo entregados a muerte por
causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro
cuerpo mortal. 12 Así que en
nosotros obra la muerte, pero en vosotros, la vida.