El
enemigo diablo, padre de la mentira, engaño a Adán y Eva diciéndoles, entre
otras cosas, que si comían de aquel árbol serian como dioses. Y parece que es
una de las heridas que arrastramos los humanos, el deseo de ser dioses, pero
malentendiendo lo que eso es realmente, pensando erróneamente que sabemos todo,
y que nuestro juicio es correcto, bueno y sabio. Lejos de eso, nuestro
conocimiento es parcial y distorsionado, y no podemos hacer juicios como si
conociéramos el 100% cuando solo conocemos el 2%.
Muchas veces los hombres se erigen a sí mismos como
dioses cuando le exigen a Dios algo, o le reclaman o critican, como hacen
frecuentemente, sin siquiera conocerlo, ni haberse molestado en saber de El ni
en escuchar lo que nos reveló. Queremos
que El nos escuche, pero no queremos escucharlo, lo juzgamos sin ni
siquiera saber lo que el nos dijo. Así es el atrevimiento de la ignorancia
humana.
Hay muchos ejemplos
de esta torpeza, veamos algunos:
-
Si Dios quiere que lo conozca que se me aparezca y me hable.
-
Dios esta en todas partes, no hace falta que vaya a misa.
-
Si Dios existiera no habría tanta injusticia y maldad.
-
Dios no existe o es malo, porque permite la muerte y la enfermedad de
inocentes.
-
Dios nos abandonó, ¿porque no me ayudó cuando lo necesitaba?
-
Si Dios existe ¿Por qué permite que tantos mueran de hambre?
-
No quiero a Dios, pues no sirve para nada, permitió mis traumas y tragedias.
Etc…
Varios
de estos razonamientos necios se
reflejan también en la Biblia:
Sal 14,1. Dice el necio en su
corazón: No hay Dios.
Sab
2. Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta
incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos
reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas,
comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará
y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta
y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo
condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.
Lo mismo razonaron acechando contra Jeremías y también
los soldados y otros judíos ante Cristo crucificado diciendo: si es hijo de Dios que se salve a sí mismo.
Así se autoengañan tratando de justificar su crimen.
Queremos decirle a
Dios lo que debe hacer, sin siquiera escucharle ni conocerle nos atrevemos a
juzgarle y condenarle, tal como lo hicieron con Cristo los que le condenaron a
muerte y lo crucificaron, sin conocerle; sin saber lo que hacían, como el mismo
Jesús dijo. Así los que niegan a Dios lo siguen haciendo por ignorancia, pues
no se puede valorar lo que no se conoce. De hecho, son muchos los que lo niegan
y rechazan y después vienen a conocerlo y a amarlo y seguirlo, lamentando haber
vivido tanto tiempo en la ignorancia, juzgándolo y persiguiéndolo, como le
sucedió al mismo San Pablo.
Pero el hombre sin Dios está en tiniebla y en su
ignorancia atrevida se endiosa a sí mismo y razona sin la luz de la revelación,
desde su limitada lógica humana, desde su propia torpeza, atreviéndose a decir
lo que debe Dios hacer o no hacer, y cómo debería hacerlo, para creer en él.
Esto lo hace antes de ni siquiera buscarlo, para poderlo encontrar, antes de
escuchar su palabra e interesarse por lo que vino a revelarnos. Es una muestra
de la ignorancia humana.
Muchos
decidieron no creer en Dios, pese a las infinitas
evidencias, y por tanto tomaron la decisión de no buscarlo. Después de esto,
encontraran miles de pretextos para reafirmar esa decisión. Lo que no conocemos
no podemos valorarlo, y es como si no existiera para nosotros.
Rom 1,19- "pues lo que de Dios se puede
conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de
Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de
sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables; porque,
habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias,
antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se
entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos,"
Is 5,20. ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo! ¡que hacen
de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz! ¡que ponen lo amargo por dulce, y
lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son
prudentes delante de sí mismos!
1 co 13,12
Ahora conocemos a Dios de manera no muy clara, como cuando vemos nuestra imagen
reflejada en un espejo a oscuras. Pero, cuando todo sea perfecto, veremos a
Dios cara a cara. Ahora lo conozco de
manera imperfecta; pero cuando todo sea perfecto, podré conocerlo como él
me conoce a mí.
2 Tim 4,3. "vendrá
un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que,
arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el
prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las
fábulas."
Fi 3,18 … se enorgullecen de lo que deberían
avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra.
Para
los que realmente se identifiquen con los mencionados cuestionamientos sobre
Dios, no les podemos brindar una respuesta simple, pues a Dios le encuentra quien le busca de corazón y le quiere
encontrar; quien no, no. Pero para suscitar esa hambre y sed les presento
este texto, donde muestra que Dios es compatible con todo sufrimiento e
injusticia que hay en esta tierra. Eso nos lo muestra claramente El mismo
cuando hecho hombre fue víctima de torturas y calumnias hasta morir en cruz
injustamente por hacer el bien. Y como dice San Pablo:
Rom 8,35 "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?,
¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?,
¿la espada?, …. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos
amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los
principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la
profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios
manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro."
Cristo no nos vino a
quitar la cruz sino a darle sentido. Nos
mostró que este es el camino que lleva al Padre, a la Vida eterna, si le
creemos y le seguimos.