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lunes, 27 de noviembre de 2017

HEMOS SACADO A DIOS


Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron. Y a cuantos lo recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que Creen en El.

Pero hoy el Enemigo y el mundo sigue sintiendo a Dios como piedra en el zapato, le estorba, y lo prefiere sacar de todos los rincones de este mundo, de todas las vidas, destruyendo todo vestigio de Cristo.

Así el cristianismo siempre fue la religión más perseguida y rechazada del planeta, paradójicamente, porque todos sabemos que es una religión de paz, que solo sabe hacer el bien y predicar el amor.



·        Pero desde el siglo VII fue perseguida a muerte por musulmanes, que quisieron borrar todo vestigio de Cristo y de cristianos hasta en la propia tierra de Jesús y en todos los países cristianos.



·        Ahora siguen enfurecidos con esa misma tarea de deshacerse de Cristo y de los cristianos, de extinguirlos; pero no solo ellos, llego el comunismo anti-Dios y anti-Iglesia con este mismo objetivo que pretendió en los países que invadio e invade, como Rusia, cuba, china, etc.



·        Y ahora se suma la mentalidad del mundo secularista, que influido por la izquierda radical y tragando toda la cizaña de engaños y leyendas negras por ellos inventadas, ha rechazado a Dios sin darse cuenta de que está cometiendo suicidio, como vemos en las diversas manifestaciones de la cultura de la muerte: aborto, eutanasia, suicidio asistido, Ideología de género etc.





Muchas personas, sobre todo jóvenes, de países con una antigua tradición cristiana, han decidido apartarse de su religión. Una investigación revela cuatro razones de fondo por las que en realidad la gente decide no acercarse más a la Iglesia. Dichas razones que indican son las siguientes:

1.    La gente se siente juzgada en la Iglesia

2.   La imposibilidad de diálogo dentro de la Iglesia

3.   El pensamiento de que “los cristianos son hipócritas”

4.  La sensación de que Dios está “distante” o “muerto”

En realidad, estos son los pretextos que pone la gente, como la punta del iceberg del verdadero problema de fondo: el mundo saca a Dios de la ecuación. Influido por los engaños del Maligno a través de los diversos y abundantes instrumentos que tiene en este mundo, como los antes mencionados.

Nuestra sociedad líquida: Ha sacado a Dios de la vida personal y social. Se ha construido un mundo en el que Dios no hace falta para nada. En el que Dios no existe: en noticias, y películas y espacio público Dios no tiene lugar, y cuando se menciona es para mal, negativamente, para tomarlo como superstición barata de gente ignorante que cree en esas magias o esoterismos, con el que se equipara la religión.

De ahí que muchos, sobre todo los jóvenes, ya no se ven para nada atraídos ni siquiera interpelados por la religión. No ven su necesidad ni su utilidad. Es una creencia innecesaria.

Lo único que podría verse beneficioso de la fe para el ego humano seria la esperanza de la vida eterna, pero el mundo les ha hecho creer que para eso no se necesita a Dios, que muchos han muerto y han visto el túnel y la luz. Es otra etapa, CREEN, Engañosamente. Otros creen que no se puede comprobar que hay vida eterna y quedan escépticos o la niegan y se resignan a ser mortales y vivir solo por el tiempo que toque, sin hacerse más preguntas ni cuestionamientos. Además, la religión incluso para esto quedaría descartada, o prefieren descartarla, pues saldría muy caro para el ego al creer que deben someterse a una moral estoica a la que no quieren entrar por nada del mundo: de castidad, mortificación, cumplimiento de asistencias a ritos, grupos y estudios, etc. Es más fácil y preferible seguir así, sin complicarse la vida.

Como dijo Jesús: Ancha es la puerta que lleva a la perdición y son muchos los que van por ella. Por no hacer caso a sus palabras, por cerrarse a la salvación y Vida que El vino a traernos y que muchos prefirieron desoír, ignorar y rechazar.

Dios quedo fuera. Dejó de ser reconocido por los sabios de este mundo, como ya veía Jesús en su tiempo, por los gobiernos, profesores y gente reconocida. Dios está fuera de sus vidas, de sus discursos, de sus creencias, de sus valores. Dejo de ser un valor, dejo de presentarse como valor, y estamos viendo las consecuencias.

Para que nos demos cuenta de que sí era un valor, pues sin El llegamos a animalizarnos de tal modo que no podemos fiarnos de nadie ni convivir en paz. Se imposibilita la civilización y el desarrollo que solo los valores cristianos hicieron posible. Pues el hombre sin Dios se hace lobo para el hombre y llega a una situación insostenible como la que ya estamos alcanzando, con amenazas de guerras y atentados a diario en cualquier lugar del mundo. Todo el mundo está amenazado.