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lunes, 27 de noviembre de 2017

EL VINO PARA DARTE VIDA A TI


Este mundo no es un fin en si mismo, es un medio para llegar a la Vida verdadera, como los nueve meses en el vientre materno. No estamos acá como sin tom ni son ni más razón, NI PARA PASEAR O PERDER NUESTRO TIEMPO, esto sería desperdiciar la vida, y nos haría dignos de compasión. Estamos gestándonos para nacer a la VIDA, llamados a crecer en el amor. Tenemos una vocación y una misión. Tal vez no la hemos buscado ni nos la han revelado con claridad, pero Dios mismo, el dador de vida, nos creó para esto, para conocer, amar y servir a Dios y así salvar el alma.

El no vino a esta tierra de turismo, como por un capricho, a decir cosas innecesarias o curiosas por si alguien quiere conocerlas, como si de un lujo innecesario se tratara. No. El vino a salvarnos. Es una necesidad vital para todos. Conocerle, escucharle y recibirle no es un lujo innecesario, por el contrario, es necesidad vital. Es para lo que vino Dios hecho hombre, para lo que dio su vida en la cruz, para salvarnos, para llamar nuestra atención, para revelar a Dios y al hombre, nuestra sublime dignidad divina, nuestra vocación y misión.

Vino para darse a conocer y mostrarnos el camino que lleva al padre, la verdad y la vida. Por puro amor vino a abrirnos las puertas del cielo, pero solo los que quieran darle oídos le seguirán y entraran. Trata de hablarnos de mil maneras, con comunidades de todos los colores y sabores, para que todos se abran, le lleguen a conocer, a amar y a seguir, y nadie quede fuera. Pero el que te creo sin ti, no te puede salvar sin ti. Has de abrirle tu corazón por la fe.



Tu apertura a buscar a Dios para poder conocerle, no puede depender de nadie más que de ti. Es una respuesta personal y una declaración de amor personal la que Dios te hace. No, no podrás decirle pretextos infantiles de que el otro no lo hizo bien ¿y por eso tú lo hiciste peor? No deberíamos fiarnos tanto de nuestros propios juicios humanos, pues vemos parcialmente y solo Dios ve el corazón. Él es el que dará a cada uno según sus obras. El otro responde a sus 2 talentos, tu responde a tus 5 o 10 talentos. No te fijes en el otro para dar tu propia respuesta, pues te equivocarías.

Nadie puede apartarse de Dios por causa de que otro de sus seguidores lo haga mal, o no sea fiel a Cristo. Eso es problema de él, Jesús te pide a ti tu respuesta y a él la suya. Cada uno dará cuentas de su vida, no de la del otro. El otro puede ser un judas traidor o un pedro que lo niega o un incrédulo tomas. Ellos están en su propio camino de maduración y crecimiento. Reza por ellos o ayúdales en lo que puedas, pero no te quedes en la barrera del espectador, como viejita, criticando y sin hacer lo que te toca. ¿Lo hacen mal ellos, según tú? Trata de hacerlo tu mejor, con los talentos que Dios te dio. A veces hacemos criticas infantiles, superfluas, sin bases sólidas ni argumentos, una etiqueta negativa y suficiente para echar todo a la basura. Ojalá no suceda lo mismo con las personas, porque no se podría vivir con nadie.