y de lo espiritual que muchos llegan al
absurdo de oponerlo con la ciencia. Él es el creador
de todo, pero El, como todo lo espiritual no se puede medir con los
instrumentos de la ciencia que solo miden lo material. Sería como querer saber la distancia entre dos ciudades con una balanza;
simplemente no se puede. Y ninguna de los dos excluye la otra ni debe negarla,
pues versan sobre objetos totalmente diferentes. la ciencia para lo material y
medible y tangible. lo espiritual no es medible por la ciencia, es distinto. Así
como no es espiritualmente que se pueden saber las cosas físicas o de la
ciencia, así tampoco se pueden conocer científicamente las cosas espirituales.
De ahí que no
se pueda nunca negar a Dios científicamente y resulta ridícula y absurda la
afirmación de un científico sobre Dios, de que no lo ha visto o de que no
existe… -es muestra de suma ignorancia espiritual-. Puede afirmarlo como
cualquier ateo, no como científico, sin pruebas fidedignas, por decisión
personal de preferir a creer en la nada como autora de todo lo que existe,
antes que de creer en Dios.
De igual modo hay científicos, de
todas las áreas de la ciencia, creyentes, y sus afirmaciones de Dios no
provienen de su ciencia sino de su conocimiento de Dios por experiencia
espiritual de fe, no por sus conocimientos científicos. Ambas áreas son distintas y
complementarias, la fe y la razón, nunca excluyentes, ambas necesarias, una
para el conocimiento de las cosas de este mundo físico y temporal, la otra para
el conocimiento del sentido, de la trascendencia, de la razón de ser, de lo
eterno, del alma.
Muchos niegan la fe cristiana y la meten
en el apartado de mitos y creencias, influidos por su propio desconocimiento de
la fe. Creen que se opone a la ciencia, entre otras cosas basados en los relatos
de la creación. Queden sabiendo que la biblia nunca habla de ciencia, ni de lo
temporal. Incluso los textos del Genesis son mensajes relevantes para la salvación,
y se refieren a verdades eternas de Dios y la creación. No pretenden satisfacer
nuestra curiosidad de como fue que vino a existir todo. Eso se lo preguntaremos
a Dios los que lleguemos con él, pues ni los científicos pueden saberlo; solo
tienen algunas teorías, y todas lejos de explicar la existencia de todo.