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domingo, 4 de enero de 2009

RELACIÓN CON DIOS

1. RELACIÓN CON DIOS

Me parece de vital importancia reconocer a Dios en la vida. Creo que la deshumanización que presenciamos en el mundo actual, responde, en gran parte, a la separación de Dios. El hombre es tanto más humano cuanto más divino, es decir, cuanto más vive su dignidad divina, espiritual, imagen de Dios. Dios nos humaniza y saca de nosotros lo mejor. Separarnos de Él nos empobrece enormemente y el hombre se animaliza. En la actualidad sucede esto, se sobrevalora la dimensión física y animal, como si fuera lo más auténtico de nosotros, lo que se siente, lo que nace, lo que se desea… infravalorando lo que nos distingue de los animales: la inteligencia, la voluntad, la capacidad espiritual, la virtud, etc.
Es cierto que la cultura actual se sigue nutriendo de una larga etapa de cristiandad, que ha impregnado a la gente de valores cristianos -que son humanos- durante siglos, como la capacidad de respeto y de convivencia pacífica, el altruismo de voluntarios que quieren ayudar a otros, incluso en gente que no conoce explícitamente a Dios y que Ranher llamaría cristianos anónimos.

Pero esos valores que se construyeron durante siglos, rápidamente se desmoronan, principalmente por influencia de políticos ateos con laicismos fanáticos anti-religiosos, por los medios de comunicación y las películas que llevan al hombre a animalizarse, a desconocer lo cultural, el respeto y el conocimiento, y a seguir sus instintos primarios. Y ya se sabe, construir cuesta más que destruir; si idealizamos lo fácil, optaremos por destruir, pues mejorar y alcanzar metas exige esfuerzo.
El desconocimiento de Dios no deja de tener consecuencias lamentables, que pueden manifestarse de modos diversos: a nivel personal, por ejemplo, en el vacío espiritual y profundo, apatía, sinsentido, desamor, desmotivación, depresión, vandalismo, síntomas neuróticos, agresividad y cualquier otro tipo de locura; y también a nivel social, como vemos en la noticias diarias de asesinatos, secuestros y delincuencia de todo tipo. Pues el hombre sin Dios es lobo para el hombre, decían ya los griegos de antaño, más temible que cualquier otro animal, ya que usa para el mal la capacidad de conocer y pensar, la inteligencia que Dios le dio para el bien.
Nada como conocer a Dios y vivir la vida que sólo Él, por su Espíritu, nos da, para poder amar y convivir con las diferencias, para vivir en paz y felicidad; como también para una mayor capacidad de aceptar la vida con todas sus limitaciones y problemas, con las deficiencias que conlleva, para la superación de pérdidas, duelos, aceptación de contrariedades, etc.


¿Qué frutos del Evangelio sembrado durante siglos puedes encontrar aún en el mundo de hoy? ¿Qué diferencias crees que deberían notarse entre un creyente cristiano y un no creyente?¿Cuáles son los frutos y cualidades que deberían prevalecer y encontrarse en los cristianos?