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domingo, 4 de enero de 2009

EL YO ENDIOSADO


Qué decir de tantos críticos de la fe y la religión
Blogs en internet con un ateísmo fundamentalista, que tratan de desmantelar la fe y la religión, con juicios absurdos, que no pueden ser sino subjetivos, faltos de conocimiento, y ensañados contra la Iglesia con todos los artilugios posibles. Absurdos razonamientos que critican de insustentables los razonamientos religiosos, sin darse cuenta de lo la precariedad e inconsistencia de los suyos. Es un error típico en los humanos, que vemos más fácil la paja en el ojo ajeno que la viga que llevamos en el propio; pretendiendo ser objetivos y con verdades absolutas e irrefutables, cuando sus ideas son tanto más refutables y carentes de fundamento que las que ellos critican subjetivamente.
Pero el error más grave que encuentro en autores de este tipo de material es el endiosamiento idolátrico de sí mismos, pues desde su osada ignorancia juzgan y critican a Dios, exigiéndole lo que Él debe ser y hacer, sin siquiera haberse tomado la molestia de conocerlo mínimamente, de haberle escuchado, o saber alguito de nuestra fe. Si supieran un mínimo de lo que Dios nos ha revelado durante siglos, no dirían tanto disparate absurdo. Pero se endiosan a sí mismos y creen que su propia lógica y razón es el dios que hay que seguir y obedecer, por encima de todo y de todos, hasta del mismo Dios, a quien juzgan y critican contra todo juicio y sentido común.
En su afán por destruir todo lo religioso, como ensañados contra Dios sin haberlo conocido en lo más mínimo, ni haberse molestado por buscarle, inventan argumentos insustentables y desmentidos hace años y siglos por la Iglesia. No se dan cuenta de que para hacer una crítica consistente y válida, lo mínimo que se requiere es conocer lo que se critica. Pero la ignorancia la demuestran desde este mismo punto: pretenden criticar algo que demuestran desconocer por completo, por lo que sus argumentos son vacíos e inútiles.
Una de sus argumentaciones es tratando de presentar como incompatibles la fe y la ciencia. Yo diría que es tanta la ceguera como si quisieran demostrar que son incompatibles lo visible y lo invisible, o el peso con la velocidad… Claro que coexisten ambas; pero se miden de modos diversos y se perciben por caminos distintos. Por supuesto que existe la realidad espiritual y la trascendencia, es característica del hombre desde que es tal; los primeros vestigios del homo sapiens fueron referentes a su dimensión religiosa. Hasta los ateos son religiosos les guste o no, como somos lúdicos, relacionales, racionales, sentimentales, temporales y tantas otras dimensiones que coexisten en el ser humano.

También somos espirituales, y todo lo espiritual es inmaterial; el amor, la felicidad, la sabiduría, la fe,… no se pueden percibir ni medir como las cosas materiales, ni con un metro ni con un peso. Pero existen en cada ser humano de un modo o de otro. Quien no ha tenido la suerte de conocer a Dios para poder creer en Él, tiene que aferrarse a alguna otra creencia absurda o inventada, como son las supersticiones, horóscopos, pseudo-religiones, o creerá e idolatrará a los demás o a sí mismo como a dios (cada uno decide quien le guía y orienta, en quién cree más). Lamentablemente estas otras creencias no pueden satisfacer la sed y anhelo profundo de Dios que todos tenemos; tal vez por eso se manifiesta -en algunos más que en otros- ese tipo de neurosis y ensañamiento de muchos que carecen de Dios por desconocerlo, pues tienen un vacío que con nada se puede llenar.
Sinceramente considero este vacío digno de compasión, pues no se dan cuenta de la profunda precariedad de las creaturas, y pretenden ser dioses, aún ignorando casi todo, creyendo que ese casi que conocen es el todo. ¿Qué sabe uno del tiempo y de la eternidad, de Dios o del diablo, del mañana,…? Qué absurdo es pensar que se conoce todo y basarse en sus conocimientos precarios, limitados y subjetivos como si fueran absolutos y completos. Este error lo cometen ufanándose de científicos y racionales, cuando es lo más irracional que se puede encontrar en la tierra.