La peor tragedia de
la humanidad ha sido dejarse robar algo tan esencial, lo que nos
distingue de los animales, la imagen y semejanza de Dios, la capacidad de
conocer la verdad y de vivirla. En la actualidad, el padre de la mentira ha
nublado las mentes para que no vean la verdad ni la busquen ni la quieran o lo
que es peor, la rechacen abiertamente, aun viéndola.
Cada vez se propaga más
esta mentalidad maligna de negar y pretender cambiar la verdad. Y
lamentablemente se ha extendido tanto como una peste o epidemia que lo permea todo,
que ya se ve reflejado hasta en las leyes, que aceptan ya lo malo como bueno, y
rechazan lo bueno como si fuera malo. Prefirieron las tinieblas a la luz, la
mentira a la verdad.
Ejemplos abundan;
pensemos en la llamada ideología de género, aceptada por los gobiernos (que se
doblegan ante el dios dinero) y presente en los medios de propagación social de
esta cizaña, que son los medios de comunicación y redes sociales. En contra de
la biología nos quieren imponer a todos que llamemos hombre al que se hace
pasar por hombre, aunque sea mujer biológicamente. Y si mañana quiere cambiar
de género a cualquiera de los más de 50 géneros inventados, tendremos que
aceptarlo, contra la realidad y la verdad.
Es
decir, darle por su lado a la locura o
subjetividad de los más irracionales, y negar ese derecho a los más
racionales y sensatos. Quieren imponer las ideologías más contrarias a la
verdad, en detrimento de las sanas y enriquecedoras. Los gobiernos favorecen a
cualquier religión o secta más que a la cristiana, pese a las evidencias de lo
dañinas y perjudiciales que pueden ser otras en oposición a la cristiana.
Se aprueban leyes
anti-Dios y anti-humanidad, como aborto, eutanasia, suicidio asistido, pederastia,
infanticidio, matrimonio de combinaciones de los diversos géneros inventados e
irreales, clases de ideología de género a niños en contra de las ideas de los
padres de familia, legalización de drogas, etc. La tiniebla es densa, ya se
confunde el mal con el bien.
La raíz de todo esto: el relativismo. Triunfo
del maligno al vaciar así el alma de los hombres, haciéndoles creer que no
hay una verdad, que está bien decidir lo que cada uno quiera que sea su
verdad. Ya no hay que buscarla fuera de uno; como si no existiera. Es el
propio desorden egoísta de nuestra naturaleza caída el que le dicta cada día lo
que le apetece, lo que quiere, quedando así el hombre sometido a la tiranía de
sus ídolos, reemplazos de Dios que no pueden salvarle, ni siquiera hacerle
feliz; que le llevarán a la deriva en este mundo, manejado como títere por los
engaños que el maligno quiera poner en su alma para su destrucción.
Consecuencias de no
querer la verdad:
- Aceptamos la mentira que no dejan de impartir los medios; por medias verdades, ocultan muchas
verdades, deciden lo que nos dan y lo que no, y cómo nos lo dicen para que
parezca aceptable lo inaceptable y viceversa.
- Cultura de la muerte: aborto, asesinatos, robos, ley de la selva, hombres “asalvajados”,
depredadores, animalizados. Niños corrompidos desde la infancia por las aberraciones
que se les imparten en las escuelas.
- Superstición, magia y satanismo, contrarios a la dignidad y racionalidad del ser humano y a
la fe. Pero el hombre sin Dios, cegado por el maligno, lo prefiere a la
verdadera fe en Dios, y a esta la mete en el mismo saco de las supersticiones y
creencias subjetivas. Pecado imperdonable contra el Espíritu Santo,
equiparándolo al espíritu malo, llamando así mal al bien y bien al mal. Nublado
totalmente el entendimiento que nos distingue de los animales.
- Aceptan el mal como si fuera bien, y llaman bueno a lo que es malo.
- Quieren imponer esas nuevas ideas maléficas a todo el mundo, y el que no piensa
así es un retrogrado y fascista, cuando son ellos los que muestran más
fascismo, intolerancia e insensatez, irracionalidad y bestialidad en todas sus
ideas insustentables.
- Se separan de la realidad, sin aval de ninguna ciencia, claramente contra la evidencia
natural, contra la biología, contra la pedagogía y psicología en lo que
empiezan a inculcar a los niños en las escuelas. ¿de qué sirve todos los
avances en estas ciencias si ahora el hombre animalizado lo tira a la basura y
prefiere volver a la ignorancia del paleolítico? ¿De qué sirve tener edificios
suntuosos si ahora se van a vivir a las cuevas? y ¿de qué sirve lo que las
ciencias que han descubierto para bien del hombre si el hombre moderno decide
ignorar todo eso?
- El hombre se idealiza a sí mismo, prefiere lo fácil, lo cómodo, se hace egocéntrico, no
quiere esforzarse, y en este mundo solo con esfuerzo se sube, sin esfuerzo solo
se puede bajar. Los valores solo con trabajo se conquistan.
El hombre ha quedado ciego a la luz, prefirió las tinieblas, y al no ver valores, no tiene
ideales por los que luchar, por lo que opta por la egolatría, lo que le nazca
cada día, y quiere que le respeten. Pero es un imposible, porque el mundo se
convertirá en una lucha de egos salvajes, sin civilizar, sin ideal alguno por
el que luchar, ciego.
- Ya no cree en una verdad, ya no la busca, ni le importa, ni la quiere. aunque crea que está ahí, ya no quiere saber de ella.
Prefiere autoengañarse y escucharse solo a sí mismo, y quedar ciego y sordo a
la realidad.
- Es como no querer aceptar la realidad
de que es veneno lo que hay en el vaso y beberlo. O ver el león delante y mirar
para otro lado. Se sufrirán las
consecuencias, pues la verdad no deja de ser verdad, aunque uno no la quiera
ver ni aceptar.
Yo soy el camino, la
verdad y la vida. Nadie va al padre si no es por mí. (Jn 14,6)